La obra de David Israel, tras su paso por la casa de Velázquez, gracias a la Diputación Provincial de Zaragoza y habiendo sido dos años excepcionales en todos los aspectos, es la encargada de devolver al Monasterio de Veruela a sus orígenes y cumple así, con el compromiso como becario saliente de realizar una exposición en el citado monasterio.
Moncayo 2007
David Israel dice: “Veruela y su entorno para mí, es el pasado que se torna en presente. Mi familia es de un pueblo cercano, además el Moncayo y su comarca están ligados a mi juventud más temprana en la que la peña de amigos durante los meses del verano nos derramábamos por los pueblos de alrededor. Sigo teniendo amigos y familia en esa zona que ya no visito tan frecuentemente”. Quizá por ello, la exposición se la plantea como un regreso al origen, "pero no como un retroceso nostálgico sino como un impulso; coincidente con un momento de cambio en mi trabajo".
Es el título de la exposición de Israel en el Monasterio de Veruela. La muestra es un paso adelante en su concepción de la obra artística y un reto sorprendente debido a los materiales utilizados; El artista abandona los procesos artesanales de producción de las obras reduciendo la manufactura al mínimo. La utilización del material de construcción y la luz fluorescente es idónea ya que no sólo dota a las obras de una apariencia antiartística eliminando cualquier connotación de belleza, sino que dicho material está fabricado para no ser visto.
