Tudela

El mayor ente dinamizador de Tudela

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La tranquilidad de la plaza Padre, Lasa típica de un domingo por la mañana, contrasta con la algarabía y el ruido de las conversaciones cruzadas que se escuchan a escasos metros. De puertas para adentro, la Asociación de Jubilados y Pensionistas de la Ribera, con sede en este emblemático lugar del barrio de Lourdes, celebra un multitudinario concurso de calderetes. Las más de 200 personas que se agolpan en el patio dan buena muestra del auge que esta entidad ha alcanzado en apenas un año.

Las cifras hablan por sí solas: de 250 socios, la mayoría de ellos con afiliaciones pendientes de pagar, se ha pasado a rondar los 700 afiliados, cuyas cuotas están completamente al día. Gran parte de este cambio corresponde a Esperanza Rubio Salvatierra, jubilada tudelana y presidenta de la asociación, que, junto con su marido Iñaki Marqués Bozal y el empuje de los renovados socios, no para de planificar actividades. “Cuando llegamos, la situación era bien diferente. Veíamos que esto se moría y realmente no había nada más en Tudela para las personas de estas edades”, afirma Rubio.

Empuje y dinamismo

Poco a poco, a través del boca a boca y diversificando la oferta de actividades, los nuevos asociados fueron convirtiéndose en marea. La cuota anual es asumible -20€- y eso también ha animado a muchos a formar parte de la asociación para tener alicientes y oferta lúdica prácticamente los siete días de la semana.

Además, se ha ampliado el abanico de afiliación. Es posible formar parte de la agrupación desde los 60 años y también existe la figura del socio colaborador, cuya edad mínima puede ser 55 años. “No tienen voto en las reuniones hasta los 60 pero pueden aportar mucho”, explica Rubio, quien destaca la gran cantidad de personas de ese rango de edad que se han unido al ente. “Hay mucha gente prejubilada y se nota que tienen ganas de hacer cosas”, añade.

Esperanza Rubio destaca la variedad de las actividades como una de las claves del auge de la asociación. “Es una gozada, no hay día que no venga nadie nuevo a preguntar por cursos de baile o clases de informática”, explica. “Además, también estamos abiertos a que venga gente de otras localidades. De Ablitas y Fontellas también tenemos socios y no nos cerramos a nada ni nadie”, añade.

No obstante, pone la puntilla en las ayudas municipales. “El Ayuntamiento nos da una subvención y estamos muy agradecidos por ello. Pero eso no quita para que les pidamos más. Mantener esta instalación es costoso y siempre andamos con las cuentas justas. Para la gente que somos y lo que dinamizamos, creo que nos merecemos más”, apostilla.