A pesar de no jugar entre sí el pasado domingo, el Larrate se convirtió en verdugo del Ablitense abocándolo a la Primera Regional, al vencer al Injerto a domicilio por un gol a dos. Los riberos no dependían de ellos mismos y necesitaban la carambola de su propia victoria y el empate o la derrota de los de Carcastillo. Sin embargo la suerte no cayó del lado de los de Ablitas.
La segunda parte de su enfrentamiento contra el Sesma la afrontaban con un gol en contra, pero las ganas de vencer del Ablitense logró darle la vuelta el marcador. Sin embargo las noticias desde el campo del Injerto llegaron vía teléfono móvil. No había nada que hacer ya que el Larrate se había hecho con los tres puntos. La decepción se reflejó en el campo y en las caras de los jugadores conocedores ya de ser equipo de Primera Regional, momento que aprovechó el Sesma para marcar el empate a dos. El público presente trató de consolar a sus jugadores con una gran ovación cuando éstos se retiraban al vestuario.
“Se nos ha quedado mal cuerpo, los chavales tenían la ilusión de mantener la categoría y no ha podido ser. Los problemas que tuvimos a mitad de temporada nos han pasado factura, nos costó dos meses rehacernos y eso lo hemos pagado”, admitía su presidente, Timoteo Bonel.
