Corella

El jardín hay que pensarlo

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Jardinería en terrazas

Ala hora de plantear tu jardín, lo primero que tienes que hacer es pensar en su diseño. Hay 12 puntos a tener en cuenta: ¿qué zonas quieres que tenga tu jardín?; ¿qué elementos vas a incluir?; ¿qué especies vegetales vas a plantar?; ¿qué dinero te quieres gastar en su construcción? ¿lo quieres hacer por fases?; ¿qué mantenimiento necesitará?; ¿qué estilo de jardín quieres hacer?; ¿qué sensaciones o qué ambiente quieres crear?; ¿cómo es tu clima y microclima?; ¿cómo es tu suelo?; ¿cómo es el agua que usarás para el riego?; ¿cómo es la orografía de la parcela?; y ¿en qué entorno natural está ubicado?



SI ya tienes el diseño del jardín decidido, con sus zonas, elementos y plantas a incluir, ya es hora de comenzar a construirlo. Lo habitual es contratar los servicios de una empresa de jardinería, pero si te animas, siempre se pueden contratar ciertos trabajos (tierra vegetal, instalación del riego o plantación de árboles).



La primera labor para construir un jardín sería la limpieza del terreno de escombros, basuras y otros elementos. Se eliminan también las hierbas y rastrojos con una desbrozadora o con azada si la parcela es pequeña. Es muy probable que sea necesario aportar tierra vegetal para rellenar ciertas zonas, o para mejorar la calidad del suelo original. La capa a extender suele oscilar entre 10 y 20 cm de espesor, y se suele hacer por medio de una pala mecánica pequeña o con una carretilla a mano. Una vez extendida la tierra, se dan las pendientes procurando que el agua de lluvia y riego corra hacia donde tenga una salida natural. Con el terreno limpio y moldeado, se acometen las obras de albañilería y la instalación de los equipamientos del jardín (muros, caminos, pavimentos, escaleras y rampas, piscinas o estanques, bordillos, vallas, etc). Es muy importante dejar tubos debajo de los caminos para que puedan pasar por ellos las tuberías de riego y electricidad. Un aspecto a tener en cuenta es el drenaje. El riego se puede realizar de muchas formas dependiendo del tamaño y del tipo de vegetación (aspersores, difusores, riego por goteo, manguera, etc.). Una vez realizados todos los trabajos ya señalados, debemos proceder a preparar el terreno para la plantación y la siembra del césped (si es que lleva), y finalmente se colocarán los elementos decorativos.

Rosales

Debemos tener en cuenta el calor, el viento, el riego, el abono, la poda y los cambios de macetas. Ante el calor seco es necesario regar mucho, casi a diario, y pulverizar con agua por la mañana temprano o al atardecer sin mojar las flores. Si puedes, sombrea las plantas. Protege del viento secante o frío, sobre todo las plantas más delicadas. Si la maceta es pequeña, se seca antes. Ve mirando cómo está de húmedo el sustrato hincando los dedos y en consecuencia riega o no. Con respecto al abono, echa un poso de abono líquido cada 15 días en crecimiento según las instrucciones del fabricante. Recuerda que los sustratos suelen ser pobres en nutrientes minerales. La poda se debe realizar cuando pasen las floraciones. A principios de primavera, después de cambiar la maceta, recorta las puntas de los tallos que ya han florecido. El último consejo para las plantas de tu terraza o balcón es que las cambies de maceta cada año o cada dos años. Con esto provocarás un crecimiento frondoso.

Las hojas amarillas son síntomas de falta de nutrientes, principalmente de potasio, nitrógeno y magnesio. A veces indican también un exceso de agua de riego o un mal drenaje de la tierra. Si se quiere que el rosal dé flores más grandes, se deben dejar menos ramas, saldrán menos flores, pero recogerán toda la savia y la fuerza de la planta. Cuando el rosal empiece a florecer, hay que eliminar las flores marchitas. En cuanto al abono, desde que empiezan a brotar las hojas hasta que caen en invierno, el rosal necesita cantidad en abundancia.