El 40% de las personas mayores de 60 años experimentan insomnio, despertares frecuentes y sueño fragmentado. En el paciente anciano la evaluación de su insomnio debe comenzar entendiendo los cambios fisiológicos del envejecimiento y los cambios en el ritmo circadiano.
En general, tardan más tiempo en dormirse y el sueño es más ligero, tienen varios despertares por la noche y a primera hora de la mañana lo que les hace echar siestas durante el día. Todo esto conlleva a menor nivel de alerta, excesiva somnolencia, cambios de humor y aumento del riesgo de caídas.
La detección de los factores que provocan el Insomnio es fundamental para poder tratarlo y de esta forma corregirlo. Ademas de estos cambios fisiológicos hay determinadas enfermedades que se acompañan de Insomnio.
Se deben recoger datos sobre enfermedades médicas, habitos de vida, consumo de sustancias excitantes o fármacos, problemas que causen preocupación o nerviosismo, En definita una buena entrevista personal nos llevara a la detección de estos factores.
Entre las enfermedades más frecuentes que pueden alterar el sueño son la úlcera péptica, el reflujo gastroesofágico, la insuficiencia cardiaca, problemas renales, la hiperplasia de próstata, las artritis y artrosis que nos generan dolor, el síndrome de piernas inquietas y la depresión entre otras y sin olvidar los efectos secundarios de la medicación que toman para sus patologías.
Medidas Higiénico-Dietéticas
Una vez detectados estos factores, hay que tratar las causas bajo estricto control médico.
