La localidad con uno de los castillos más bonitos de la geografía navarra se prepara para ver volar las azadas en el foso de su baluarte. El lanzamiento de la Rabiosa se ha convertido en todo un acontecimiento para este pueblo que repite esta competición por vigésimo noveno año. Como en ediciones anteriores, atrevidos lanzadores llegados de diferentes puntos de Navarra, País Vasco o La Rioja se darán cita la mañana del 27 en el punto neurálgico de Marcilla, para lanzar las azadas con todas sus fuerzas y poder entrar en una lista histórica y obtener alguno de los premios que se otorgan en las diferentes categorías con las que cuenta este peculiar torneo.
Como reconoce el concejal Vicente Navarro, “el lanzamiento de la Rabiosa ha ido dando una cierta notoriedad a las fiestas de Marcilla”.
Es cierto que La Rabiosa es uno de sus eventos más significativos, pero no es el único que aparece en unas fiestas en las que este año han contado con una gran implicación por parte de las peñas.
El 23 de agosto a las 12 de la mañana el C.A. Marcilla Aurora será el encargado de lanzar el chupinazo. Este nombramiento es un homenaje por haber logrado este año el ascenso, por cumplirse 100 años de su primer partido y por toda la trayectoria que llevan, formando y educando a decenas de generaciones.
Lo más novedoso para este año ha sido la importante involucración de las Peñas y que gracias a ellas se va a poder realizar un Día de las Peñas más completo. De esta forma, el día 26 contará con una ronda de vermú que recorrerá todo el pueblo, una comida popular con todas las peñas con ‘charlotada’ y después se vuelve a retomar el reparto de los ‘caldicos’ a cargo de las peñas.
Los niños tendrán en estas fiestas sus gigantes, los encierros txikis, las bombas japonesas, los juegos tradicionales y todas las tardes, antes del encierro, habrá unos talleres dedicados para ellos.
El presupuesto será de 90.000 euros, pero en él están incluidas las fiestas menores (celebradas del 4 al 6 de agosto) y las mayores (estas que se van a celebrar del 23 al 30 de agosto).
Además, las vacas, las orquestas, las danzas, las jotas y la procesión en honor a San Bartolomé completan un poco más el programa. Que también contará con una exposición de óleos del artista Jesús Úcar.
