Sólo el paso del tiempo dictará sentencia y dirá si el Eccehomo de Borja es algo pasajero o termina por convertirse en un atractivo más en Aragón. Por el momento, la controvertida obra sigue siendo un fenómeno de masas que obliga incluso a tomar decisiones políticas como la contratación de seguridad privada para el Santuario de la Misericordia. Desde Borja han calculado que la obra es capaz de atraer 3.000 visitantes a la semana, cifras que suponen todo un revulsivo para localidad.
Sólo el pasado fin de semana se contabilizaron unas 2.100 personas, todas ellas equipadas con cámaras fotográficas preparadas para captar una instantánea 'única'. Como es lógico, Borja se registra los mayores flujos de visitantes los fines de semana. El hecho de recibir estas mareas de gente también supone una cierta preocupación para los rectores municipales. El alcalde ya ha reconocido que los visitantes dejan dinero en la zona pero también acarrean gasto, es por ello que barajan con detenimiento el futuro de la obra.
Según ha declarado a Europa Press, Francisco Miguel, alcalde de Borja, apostaría por sacar la obra del Santuario y colocarla en otro lugar. Una opción que preferiría a título "personal" después de que los expertos hayan confirmado que no es imposible separar ambas obras. Por el momento, la decisión al respecto se encuentra en un punto muerto, ya que Borja ha estado volcada en los últimos días en sus fiestas patronales.
"Se están haciendo consultas en despachos de abogados para tener más claro qué hacer", ha confesado el alcalde a las mismas fuentes en relación con el futuro del Eccehomo.
