La segunda crecida del río Ebro en dos semanas encontró los términos alfareños de Hormiguero y Viejamala sin defensas tras la rotura del mazón.
Sin ningún dique que impidiese su paso, el Ebro entró con gran fuerza abriendo un nuevo cauce e inundando más de 600 hectáreas de frutales, hortalizas y verduras, afectando a invernaderos, caminos, infraestructuras agrarias…
Los agricultores afectados lamentaron que las administraciones riojana, navarra y central a través de la Confederación Hidrográfica del Ebro no se pusieran de acuerdo para arreglar el mazón entre crecida y crecida. Esta semana arrancaba con el aviso de una nueva crecida, por tercera vez.