Las altas temperaturas, llegando casi a los 30º, no fueron inconveniente para que alrededor de 2.000 ribaforaderos se dieran cita en los alrededores de la ermita de la Dehesa para disfrutar de un día de campo en familia o con la cuadrilla. El menú elaborado se basó, en su mayoría, en paellas, calderetes y costillas. La sombra de los toldos, colocados el día anterior, ayudaron a pasar mejor el día. La jornada contó también con la tradicional homilía celebrada por el párroco de la localidad, José María Garbayo.
Además, los diferentes puestos de venta y de juegos para los más pequeños, así como la charanga de Ablitas, animaron aún más este día de fiesta que se alargó hasta casi llegada la noche.
