El capitán del C.D Cortes, José Antonio Bona Tramullas, fue el encargado de prender este año la mecha que dio inicio a las fiestas de la localidad ribera. Los 18 jugadores del club invadieron el balcón consistorial, mientras la charanga animaba el ambiente en la calle y los más pequeños trataban de embadurnarlo todo con harina y huevos.
Los cortesanos han podido disfrutar de sus fiestas en honor a San Miguel con un ambiente mucho más fresco que en el resto de localidades riberas. El presupuesto invertido por la Comisión de Festejos en la organización de estos festejos asciende a 120.000 euros, 60.000 de los cuales han sido desviados a los espectáculos musicales y, aproximadamente unos 40.000, a los taurinos. Precisamente las vaquillas se han convertido en el plato fuerte, atrayendo a muchos espectadores. Son los dos encierros de toros y dos festejos nocturnos.
Superado el ecuador de las fiestas, los cortesanos tienen todavía por delante cuatro jornadas festivas. San Miguel concluirá el próximo domingo 1 de octubre. Pese a los problemas que han afectado en los últimos tiempos a la última localidad de la Comunidad Foral, el alcalde, Javier Blasco, tenía razón cuando expresó que “las fiestas son para transgredir”. Y eso es lo que han hecho.
