Trabajan de forma desinteresada con un único fin: recuperar el esplendor que en su día lució el castillo de Cortes. Son un grupo de voluntarios que ronda las sesenta personas y que comenzó a dar sus primeros pasos en 2008 cuando, de forma fortuita, descubrieron que una parte del edificio “se podía arreglar con poco dinero”. “El Ayuntamiento compró el castillo, pero estaba hecho polvo y abandonado. Sólo se arregló el tejado cuando se hundió por las inundaciones”, comenta uno de los voluntarios. Así, tras ponerse en contacto con el Consistorio y acceder éste a hacerse cargo de los gastos, comenzaron los trabajos, en los que cada persona colabora en función de sus conocimientos, recuperándose la escalera principal y dos salas. “Eso costó alrededor de 2.000 euros y, como quedó de maravilla, nos animamos a continuar, recuperando este año la capilla, el comedor de diario y la galería, para lo que han sido necesarios 6.000 euros”, explican. Un trabajo “duro” en el que se vieron implicados diferentes gremios y que se desarrolló durante varios meses, los lunes, martes y miércoles de 15.30 a 18.30 horas; y, los sábados, de 9 a 13 horas.
Este grupo, que ya ha dado los primeros pasos para constituirse en la asociación Amigos del Castillo, tiene previsto continuar con los trabajos la próxima primavera y recuperar el salón grande, una sala anexa a éste y engravillar las terrazas. Para ello, esperan que llegue alguna subvención de la institución Príncipe de Viana.
En cuanto al uso futuro del edificio, desde la asociación afirman no tener predilección porque tenga como finalidad un uso cultural. “Lo que queremos es que se arregle y no se vuelva a abandonar”, comentan. Sin embargo, no descartan crear un museo con piezas halladas en el yacimiento del Cerro de la Cruz, “ya que hay piezas que no se exponen en Pamplona”, comentan.
