Tudela

El calcetín, el zapato guante y el jersey noventero: La historia de un verano

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Así comienza un verano que promete en cuestión de estilo y, sino os lo créeis, seguid leyendo. Cada año, pequeños detalles, accesorios o formas de llevar una prenda se convierten en tendencia y todos lo imitamos hasta la saciedad. En ocasiones, son modas algo complicadas y, otras veces, son prendas tan ‘ponibles’ como imitadas por todos. En el verano de 2015, anudábamos la chaqueta vaquera a la cintura y colgábamos nuestras gafas de cordones de colores. Se asentaron tendencias que no parecen difíciles de llevar a nuestro terreno y que, esta temporada se complican.

Comenzamos el buen tiempo con el escote bardot y ya vislumbrábamos por enero las múltiples formas en las que se presentaba esta tendencia. Las faldas de volantes y la cazadora amarilla de polipiel eran otros ejemplos. Sin embargo, pequeños grupos, normalmente seguidores fieles de las tendencias de moda, crean otras mucho más atrevidas y de origen dudoso.

Comenzando por el calcetín de purpurina o de cachemir, pasando por el zapato guante o, coloquialmente hablando, de abuela, y terminando con el jersey de manga corta en versión noventera, ya tenemos montado el verano 2016. Y os preguntaréis que quién se atreve a llevar esas tendencias que, a simple vista, no son nada lógicas ni estéticas. Pues bien, solo con daros un garbeo por las redes sociales tendréis la respuesta y la prueba de que cuando se tienen estilo o ideas creativas ninguna tendencia es fea del todo.

Pensad además en las veces en las que utilizáis los calcetines y lo fácil que es introducirlos en cualquier look. Simplemente, haced que se vean por encima de un zapato masculino o de una zapatilla. ¿Dónde está el encanto de un zapato guante? Normalmente ofrece el punto clásico y algo artístico a un look mucho más rompedor o actual y, lo más importante, es tan cómodo que no querréis desprenderos de él. Para las más bohemias, el jersey de cuello caja o cisne, de manga corta y combinado con pantalones de tiro alto es la opción asegurada. El chic francés con esta prenda está asegurado y si además añadimos una gargantilla vintage, mejor que mejor. ¿Se os ocurre mejor manera de seguir las tendencias sin caer en el uniforme del verano?

Clara Alegría

Periodista de moda