Cortes

El cachirulo vistió a los novalleros

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La villa aragonesa de Novallas comenzó sus fiestas el pasado 13 de septiembre. Cuando Carlos Gorrindo prendió la mecha al chupinazo, los novalleros, que abarrotaron la Plaza de San Antón, esperaron a su estallido para dar rienda suelta al alboroto y la alegría, en una semana de festejos en honor al Santo Cristo. Niños, jóvenes, adultos y ancianos se ataviaron con el tradicional cachirulo y salieron a la calle para disfrutar del ambiente, del pasacalles con la charanga, de la compañía de gigantes y cabezudos y, en el caso de los más pequeños, del reparto de unas trompetas que, como las risas y las canciones, no dejaron de sonar durante todas las fiestas.

Durante los seis días de duración de los festejos, las cuadrillas desfilaron por las calles de Novallas empapadas de una atmósfera de alegría, cachirulos, música de charanga y algo de colorante, que hizo de las fiestas de Novallas un grato recuerdo para todos sus vecinos.