Tudela

El antiguo apeadero de Arguedas será demolido en breve

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La Junta de Gobierno del Ayuntamiento de Tudela, término en el que está enclavada la antigua estación apeadero ferroviario de Arguedas-Muskaria, ha decidido en una de sus últimas sesiones la demolición del mencionado edificio después de que Renfe adjudicara la misma a la empresa "Broexcom", que procederá también al derribo de los aseos y dependencias colindantes. Se acaba así con cerca de 90 años de historia de un edificio emblemático que sirvió como parada técnica para el intenso tráfico ferroviario de los años 60 y 70.

Situada en el Km. 147 de la línea Zaragoza-Alsasua, fue construida en 1920 con dos plantas, tejado a dos aguas y fachada de mampostería en una época en la que el desarrollo del ferrocarril como medio de transporte de viajeros y mercancías, determinó el nacimiento de nuevas exigencias en infraestructuras desconocidas hasta entonces, haciendo necesaria la construcción de un conjunto de edificios, instalaciones y servicios que vinieran a paliar los problemas de circulación inherentes al nuevo sistema de transporte. Así surgieron las estaciones de ferrocarril, entre ellas la del apeadero de Arguedas, que suponían una nueva forma de edificación y cuya ubicación respondió, en su día, a una simple estrategia militar. Generalmente fueron construidas en la periferia de las poblaciones. En Navarra se llegaron a construir 42 estaciones, de las que 32 se sitúan en la línea Zaragoza-Alsasua por ser la de mayor trazado. De todas ellas, 13 se localizan en la comarca de Tudela.

La mayoría son edificios de planta rectangular y de dos pisos que, con frecuencia, albergaban el domicilio del jefe de estación y los servicios propiamente ferroviarios. La racionalización de la estructura productiva, la aplicación de nuevas tecnologías y la reducción de los tiempos en los trayectos de los trenes, son algunas de las causas que han determinado el cierre de muchas líneas, quedando las estaciones situadas a lo largo de las mismas condenadas al olvido y al abandono. Tal es el caso de esta estación que, semiderruida, servía de refugio a cazadores, ciclistas y otra clase de moradores.