Dos mil personas de toda España en un ambiente espléndido, ocho de ellas de renombre nacional –dos las leyendas alfareñas Hékate y Randall-, trece horas de música en directo y fiesta 20.000 watios de sonid. Son los números de la celebración, este sábado en el pabellón polideportivo, del décimo aniversario del Festival Alfaro’ck, erigido en una referencia del calendario rockero estatal tanto para los seguidores como para los grupos.
La 2010 no era una edición más del festival alfareño. Era la décima, y los miembros de la asociación juvenil que lo organiza valoraron que al inicio de la aventura no podían imaginar llegar a este momento y con esta salud. Por ello agradecieron, la fidelidad y el apoyo del público, los patrocinadores, así como al Ayuntamiento y el Gobierno de La Rioja.
Con todo, la décima edición del Alfaro’ck no lo tenía fácil: la aparición de un gran festival en Getafe obligaba a trasladarlo a noviembre. Y a pesar de las frescas temperaturas, a pesar de tener que celebrarse en una jornada por los recortes de la crisis, su público respondió y llenó el pabellón con muchas ganas de disfrutar de un día de fiesta con grupos que representan lo mejor de cada género del rock firmado en este país.
Un curso de percusión a cargo del alfareño Txiki Marín abrió la tarde, dando relevo en el escenario al rock directo de los maños Azero y los contundentes vitorianos Segismundo Toxicómano. El momento más esperado por los alfareños era el reencuentro con su leyenda Randall, que hicieron cantar y emocionaron a todos. Los valencianos Uzzhuaia fueron un huracán de rock n’roll en el escenario antes de que la otro mito alfareño, Hékate, terminara de emocionar a la parroquia local. La noche se convertía en espectáculo con Mojinos Escozíos, los Lendakaris Muertos alborotaban la pista y los navarros Koma cerraban el festival con su metal más poderoso y el público satisfecho.
