Tudela

El 25, claveles blancos y rojos

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Aunque el segundo día de las fiestas de Tudela está dedicado a Santiago, la peña La Teba buscó hace unos treinta y cinco años un hueco para llevar a cabo la ofrenda floral a Santa Ana, un acto que se celebraba antiguamente y que se había perdido. Una vez que fue recuperado, cientos de tudelanos, sobre todo personas mayores y padres con hijos pequeños, se acercan cada año hasta la Catedral para honrar a su patrona y hacer entre todos un manto de flores.

“El blanco y el rojo son desde luego los colores por los que más se inclina la gente -nos cuentan desde El Jardín de la Rosa-. y las flores suelen ser las clásicas: mucho clavel, que era lo típico antes, cuando no había mucha variedad de flores, también margarita, gladiolo, algún lilium, últimamente también alguna rosa..., Aunque cada vez más la gente pide flores distintas, acompañadas siempre, eso sí, de albahaca”.

Pocos jóvenes

En cuanto a los tudelanos que más se acercan a coger flores para Santa Ana, éstos son sobre todo, personas mayores y padres jóvenes con niños pequeños. “La gente mayor suele avisar algún día antes para que se lo tengas preparado -explican desde esta floristería-, pero la mayoría de la gente viene poco antes de las doce, a buscar algún detalle. A los que más ilusión les hace es a los niños, que se llevan ramitos de 3, 4 ó 5 euros. El gasto es muy variado, desde ese precio hasta los 40 ó 50 que se llevan los de las peñas, que piden ramos más grandes y vistosos”.

Todos con flores

Algo en lo que coinciden la mayoría de las floristerías es en que, aunque ese día se nota movimiento, tampoco es demasiado. “No hay tanta tradición como, por ejemplo, en Zaragoza, en el Pilar -aseguran desde Viveros Lahoz-. Viene sobre todo gente de toda la vida - gente mayor que, incluso si no puede bajar hasta la Catedral, le pone unas flores a Santa Ana en su casa, y personas con hijos. Jóvenes casi ninguno. Los ramos son sobre todo en blanco y rojo, aunque a los niños les gusta más colorido, y se llevan sobre todo de 3, 4, 5 y 6 euros. Además, mucha gente coge flores de su propio huerto”.



Eso mismo nos dicen en Nenúfar y en Sófora. “Es normal, la gente tiene campos y aprovechan las flores -cuentan en Nenúfar-. Nosotros ponemos sobre todo gladiolo, margarita y clavel en blanco y rojo. La gente en general es muy clásica, y no quiere ramos grandes, sino un detalle para que los niños lo lleven a la patrona. Lo que sí hacemos es envolverlos en celofán transparente y ponerle un lazo rojo”.



“Sobre todo viene gente mayor y niños, aunque también hay algún joven que viene de empalmada a coger un ramo e irse a la ofrenda. Pero, en general, no es que haya mucho movimiento”.