Hay un Cristo Rey sobre trono de oro
Y un Dios Niño que nace en un pesebre
Y no, no son el mismo.
El dios de la venganza
En el día del juicio
No es el Dios del Perdón
En la Hora de la Misericordia.
Ni tampoco el dios del trueno
Es El que mece la yerba.
Ni el del palio y las monedas,
A la vista de todo el mundo,
Es Quien consuela, sirve y libera
El interior silencioso de los corazones…
Solo comparten nomenclatura.
Pueden llamarse igual
Pero no son el mismo
El Dios del Amor y el dios de la ira.
Hay un Dios que Es el que es,
Con mil nombres diversos,
Distinto al otro dios
Que oculta bajo su título
Mil cosas que no son Dios.
Hay un dios por quien se mata
Y un Dios que muere con quien muere,
Hay, pues, un Dios de la Vida,
Y hay un dios que la niega.
Hay un dios monócromo y Otro de colorines,
Un dios que quiere convertirlo todo en uno
Bajo su hierro, su cetro y su corona
Y un Dios que porque es Uno
Todo lo sostiene
Aunque nazca en un pesebre
Y muera en una cruz.
Mikel Ziordia