Tudela

Domingo Sánchez: "Queremos convencer a más empresas de que deben estar en la asociación"

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Tras el anuncio el pasado mes de noviembre de Laura Sandúa de no presentarse a la reelección a la presidencia de la Asociación de Empresarios de la Ribera (AER), a finales de enero terminó el plazo para presentar candidaturas. Domingo Sánchez Arteaga, gerente de la empresa murchantina  Forjados Orgués, fue el único que dio el paso y, por tanto, se convertirá en el próximo presidente de la entidad. Estos son sus retos y esperanzas.

¿Cómo surgió el dar el paso para presentarse?

Fue la propia Laura Sandúa quien me animó. Me lo planteó y me convenció. Esta es una responsabilidad que lleva mucho trabajo. A veces son otros compañeros los que tiran del carro pero los demás también tenemos que apoyar y no ser meros espectadores.

Ha sido parte del equipo de Laura Sandúa, primero como vocal y después como secretario. ¿Qué valoración hace de esta etapa?

Creo que lo que ha hecho Laura tiene un mérito enorme. Vivimos unos inicios convulsos, con todo el problema de las cuentas que encontramos. Ella ha sabido llevarlo con diligencia, porque dentro de la gravedad que podía tener ha generado poco ruido y se ha llevado a cabo un trabajo bien hecho. Pienso que la asociación está en deuda con Laura y es de justicia reconocerlo. Aunque haya tenido un equipo detrás, ha sido ella quien ha posicionado a la AER en el lugar en el que debe estar.

¿Y cuál es ese lugar?

El de un agente dinamizador y que pueda aunar a las empresas de la zona y crear un foro para nuestras necesidades e inquietudes. Esa es la verdadera labor de una asociación como la nuestra y la dedicación de Laura en ese sentido ha sido clave.

¿Cuáles son sus objetivos y sus planes en esta nueva andadura?

Como objetivos, hay uno que considero principal. Para subsistir necesitamos recursos y en esta entidad eso se traduce en asociados. Quiero impulsar más el convencimiento a las empresas de que tienen que formar parte de esta asociación, sobre todo incidiendo en los autónomos, que también tienen cabida en lo que nosotros perseguimos.

¿Cuáles son esas reivindicaciones dada la situación actual?

Nuestra misión es reivindicarnos, que se nos reconozca y defender todos los asuntos que puedan concernir al empresariado. Debemos hacernos oír y hacer que nos tenga en cuenta. Juntos podemos tener más fuerza. Y, por supuesto, facilitar las cosas a las empresas, en cuanto a tramitación, formación, asesoramiento... al fin y al cabo, todos los empresarios queremos lo mismo: que se genere crecimiento, desarrollo económico y oportunidades para la personas.

¿En qué situación ve a las empresas de la zona actualmente?

Todavía estamos en una etapa de una crisis brutal, que ha supuesto muchos cambios. Lo primero que necesitamos en esta comarca es creernos el potencial que tenemos. Veo importante también cambiar un poco la mentalidad de empresa. Predominan las pequeñas y medianas empresas de carácter totalmente familiar, salvo las excepciones de las multinacionales. A ese tipo de empresario, cuando se le llama empresario, casi se sonroja. Y eso provoca que él mismo ya no se lo acabe de creer.

Todos los empresarios han sido muy críticos con la nueva política fiscal en Navarra.

Desde luego, no invita al optimismo. Con la nueva legislación, Navarra es, dentro de las provincias limítrofes, es la más cara para invertir.

Lo que no se puede hacer es aumentar la presión fiscal y, por otro lado, no facilitarnos los mecanismos para rebajarla a través de la política de pagos, de un régimen sancionador que pueda mitigar los efectos de la morosidad.