Cintruénigo

Diversión y ocio, entre mujeres

Emilia marín, Mª Paz Vicente, Victoria Verano, Nieves Rincón, Tere Grávalos, Mª Carmen Bermejo, Amada Casado, Tere Remírez e Inés Larrea son, junto a la presidenta, Mª Carmen Chivite, las responsables actuales de la Asociación de Mujeres Alhama. Desde su fundación en 1996, la entidad, que agrupa a más de 300 socias, colabora con el Ayuntamiento en la organización del “Día de la Mujer”, dentro de las fiestas patronales, y lleva a cabo los nombramientos de la “Mujer Popular” y “Abuela de Cintruénigo”. Pero el cometido de esta asociación de féminas es mucho más amplio y a ella se deben buena parte de los actos culturales, cursos, viajes o conferencias que llenan el tiempo de ocio cotidiano de los cirboneros, así como el Festival de Jotas de la localidad, que ya está ultimado, y que tendrá lugar el próximo 4 de septiembre, como actividad prefiestas.

Pese al mito que acompaña a la mujer y que la considera incapaz de entenderse con personas de su mismo sexo, las cirboneras aseguran que entre ellas “siempre prima la armonía y que suele haber consenso en todo”.

Una Abuela sin arrugas

El próximo día 9, será una ocasión para demostrarlo, ya que todas están llamadas a la diversión y el entretenimiento en el marco de la única jornada del año apta sólo para féminas. Habrá regalos, homenajes, una comida de hermanadad, baile, sobremesa y un poco de todo. El primer “Día de la Mujer” en Cintruénigo se remonta a 1990 y, desde entonces, no ha habido un sólo año en se haya interrumpido la celebración que, lejos de debilitarse, reúne cada vez a un mayor número de participantes.

Uno de los momentos más entrañables de la jornada dedicada a las mujeres será el de los homenajes. Uno de ellos a la cirbonera de más edad, Esperanza Hernández. La “Abuela 2007” ya lo fue en 2006 y lo será muchos años, a juzgar por su consistencia física y buen estado mental. Si no fuera porque la edad, 99 años cumplidos en julio, la ha relegado a una silla de ruedas nadie diría que Esperanza Hernández es la más mayor del pueblo. Su rostro, exento de marcas, no lo atestigua, desde luego. Pero tal y como afirma la entrañable protagonista, “ya tendré tiempo de que me salgan arrugas”.