En Navarra, done viven 90.171 niños en edad pediátrica (de 0 a 14 años), la incidencia de la obesidad infantil alcanza ya al 8,8% de la población, siendo su repercusión desigual en las diferentes zonas básicas de salud, con un 10,05% en concreto, en Tudela y la Ribera. La pediatra Manuela Sánchez, que ha dirigido el último estudio en la materia, opina que es crucial adoptar medidas de prevención y tratamiento de lo que considera una “enfermedad crónica” para atajarla antes de la adolescencia. Una dieta saludable y equilibrada y un progresivo cambio de hábitos en la alimentación de los más pequeños son un buen punto de partida.
Fórmula 5, 2, 1, 0
Y es que, si bien la prevalencia de obesidad y sobrepeso entre los niños de la Comunidad Foral se encuentra dentro de unos valores mejores comparativamente que los del resto de regiones, no son los más deseables. En concreto, el 8,8% de los niños son obesos y un 11,4% padecen sobrepeso. En el Área de Tudela, los valores globales alcanzan el 10,05% de obesidad y el 11,63% de sobrepeso. En general, las chicas presentan mejores cifras que los chicos y se observa diversidad entre las diferentes zonas básicas de esta área, entre otras cosas porque el número de niños difiere mucho de unas localidades a otras. Así, los pequeños de Cascante y Tudela Oeste son los que presentan las menores cifras de obesidad, con 7,8% y 9,02%, respectivamente. Por su parte, el sobrepeso, la fase anterior a la obesidad, es superior en la zona de Valtierra-Cadreita, con un 15,8% de incidencia. También en Tudela Oeste el índice es de los más altos, con el 12,8%.
Una vida con más calma por parte de los progenitores
Con estos datos en la mano, Sánchez ha lanzado unas recomendaciones de cara a la prevención de la obesidad que, en nuestra comarca, cuenta con un importante aliado, las verduras de la huerta ribera. “Hay que aprovechar ese potencial, a veces no se valora lo que se tiene”, dice la pediatra. La estrategia es lograr un equilibrio entre energía ingerida y utilizada a través de una dieta sana, ejercicio físico y una vida ordenada. Junto a ello, es preciso destacar la importancia del desayuno, que debe constar de un lácteo, cereales y una pieza de fruta. Por último, Sánchez propone la fórmula 5,2,1,0, muy usada en algunos estados americanos con excelentes resultados. Consiste en 5 raciones de fruta al día, 2 horas como máximo ante las pantallas (TV, ordenador, etc), 1 hora de deporte y 0 ingesta de productos azucarados. “Al niño cuando tiene sed hay que darle agua”, dice Sánchez, quien concluye afirmando que “si se logra regular eso, se habrá avanzado bastante”.
Desde el Centro de Salud Santa Ana de la capital ribera, José Manuel Cenzano, pediatra con una dilatada carrera profesional, asegura que si bien la Ribera no es una de las zonas de Navarra con mayor índice de obesidad infantil, registra una clara tendencia de cambio hacia esa patología que indica que no se está yendo por el buen camino. Entre los factores que contribuyen a este cambio, Cenzano considera que existe uno fundamental, los malos hábitos alimenticios a los que nos ha llevado el estrés cotidiano y que tiende a dejar de lado lo que él llama la “dieta ribereña” o mediterránea. “Las prisas no nos dejan tiempo para las comidas elaboradas por lo que la tendencia es la comida rápida y un escaso control sobre los menores que consumen chucherías o productos con muchas calorías extras que disminuyen su apetito sin alimentar”, opina el pediatra tudelano. Como consecuencia, el número de niños obesos es cada vez mayor y la preocupación se centra en el riesgo que este sobrepeso supondrá para esos niños en su futuro como adultos. “Los niños obesos facilitan el desarrollo de enfermedades adultas como la diabetes y desarrollan mecanismos hormonales que les predisponen para padecer enfermedades cardiovasculares de adultos. Muchas de las lesiones coronarias de algunos adultos se ha constatado que han tenido una historia muy larga, ya que se iniciaron tempranamente, posiblemente de niños y por problemas de este tipo”, explica Cenzano.
Como consejos de experto, el pediatra José Manuel Cenzano aporta dos. Llevar un control riguroso de la talla y peso de los niños, siguiendo el calendario de consultas que establezca el pediatra, y una vida más tranquila por parte de los padres que les aleje de la actual tendencia permisiva, a cambio de dedicación y un seguimiento adecuado de su dieta.
