Tudela

Detrás de la barra

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Trabajar en fiestas no es una tarea sencilla y menos aún si eres camarero ya que el sector de la hostelería es el que sufre, durante estos días, un notable incremento de su carga de trabajo. Por ello, los propietarios de todos los bares y restaurantes de la ciudad se ven obligados a contratar, para la semana de Santa Ana, a varios camareros que servirán como refuerzo para atender las mesas y las barras que se colocan tanto dentro, como fuera de los locales.

Jornadas intensivas

Muchos de estos profesionales que trabajan en el sector hostelero durante el año, deciden dedicarse durante los meses de verano a trabajar, casi exclusivamente, en las localidades que celebran sus fiestas patronales, que no son pocas en esa época. La principal razón, el dinero. Y es que, como indica Sonia Garcés, “en siete días de fiestas sacas casi el doble de sueldo de lo que puedes ganar en un mes normal, aunque también es cierto que tienes que trabajar muchas más horas”. Lo mismo opina Oscar Visanzay, propietario del bar Moncayo, en el Casco Antiguo de Tudela, quien asegura que “lo normal es pagar a los camareros que contratas como refuerzo alrededor de 180 euros diarios de media”.

Ir de ‘ferias’

Sin embargo, este incremento en el sueldo va también acompañado por un considerable aumento de las horas de la jornada laboral. Así, en un día festivo normal, que no sea fin de semana, se pueden llegar a trabajar alrededor de 12 ó 15 horas. “Yo he llegado a estar hasta 19 horas en fiestas de Ablitas, es la vez que más he trabajado y terminas agotado porque están mañana tarde y noche, pero como ya sabes lo que hay, lo mejor es tomárselo con calma. De todas formas eso es los días especiales porque lo normal es hacer unas 15 horas, que también son muchas”, apunta Sonia. Por su parte, en el caso de Tudela, tal como señala Óscar, “el peor día es el del chupinazo en el que, en concreto en nuestro bar, trabajamos 20 horas, pero generalmente el resto de días no solemos hacer más de 12 ó 13 horas. Por eso conviene coger a gente que esté acostumbrada a este trabajo, porque si no es muy difícil aguantar el ritmo que llevamos en fiestas, aquí en Tudela”.

Precisamente, la gran mayoría de los camareros que se contratan en estas fechas como refuerzo son profesionales que se dedican, como suele denominarse, a ‘hacer ferias’. Lo que significa que recorren distintos bares en diferentes localidades para trabajar durante sus fiestas. Y, generalmente, quienes se dedican a esta profesión no se conforman sólo con trabajar en un par de locales, sino que intentan organizarse para compaginar más de tres y cuatro ferias en un mismo verano.


En el caso de Sonia Garcés, ella asegura que “el año que más he hecho han sido tres ferias, en Tudela en la Bóveda, y también en Murchante y Ablitas, pero no cojo más porque es un trabajo muy absorbente y yo tengo dos hijas y también quiero estar con ellas. Pero sí conozco gente que hace muchas ferias. Si sabes coordinarte bien y te repartes un poco se puede aguantar porque compensa. Este año, por ejemplo, tengo la intención de hacer dos, Murchante y Ablitas, en septiembre”.