Tudela

De Tudela a los Alpes italianos

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APilar Bravo Sayas la llaman 'Piluca' cariñosamente. También 'Bravico'. "Los que me conocen siempre dicen cuando me ven por Tudela que ya ha llegado el verano, que vengo con él", cuenta desde Turín. La imponente ciudad a los pies de los Alpes italianos es su lugar de residencia desde hace 34 años. Ahora tiene 59. Por todo ese tiempo lejos de casa y por la insistencia de su amiga íntima Natitxu Gil, la Peña El Brindis le rendirá un homenaje en las próximas fiestas de Santa Ana como Tudela Ausente 2013.



'Piluca' es hija de Ricardo Bravo y Pilar Sayas, tudelano y buñuelera respectivamente. Su padre estuvo al frente de Zunzarren y también trabajó como agente en Asepeyo y vivió junto a Pilar Sayas en la capital ribera, donde ambos fallecieron. 'Piluca' creció en Tudela y probablemente su futuro hubiese estado más ligado a su tierra de no haber conocido a su marido italiano, Bruno.



"Fue en unas vacaciones en Benidorm", relata con nostalgia. "Yo tenía 24 años. Primero, él y su grupo de amigos me invitaron a jugar a las cartas en la playa. Al principio fui reacia, pero mi tía, que etaba conmigo, me animó. La cosa acabó con una quedada al día siguiente para tomar algo y, al año posterior, en boda", señala Bravo.



Sus dos hijos gemelos, Francisco y Ricardo, nacieron en tierras transalpinas, aunque prácticamente nunca han faltado a la cita con las fiestas el 24 de julio. "Tienen un grupito de amigos muy majos y siempre presumen de ser tudelanos por aquí", afirma 'Piluca', quien recuerda una anécdota que refleja ese arraigo a Tudela. "Les decía que no corrieran el encierro, por miedo. Y un día resulta que me encontré unas fotos en el escaparate de Mazo y salían en plena carrera", narra entre risas.



La Tudelana Ausente 2013, que ha trabajado como traductora, intérprete y profesora de español en Italia, afirma que la noticia le pilló de sorpresa y que le da un poco de respeto. "Soy muy tímida para este tipo de cosas. Me puse nerviosísima cuando Natitxu me lo comunicó por teléfono", afirma. Esta vez, su vuelo desde Bérgamo a Zaragoza, donde la recogerán en coche, será aún más especial.



De la vida en Tudela, lo que más echa de menos son las cosas cotidianas. "Salir a la calle y pararte a hablar con alguien conocido, los vinos, los pinchos, esas cosas pequeñas que al final son las que más se te quedan", asegura.