Tudela

Daniel López: "La Mesa del Casco Antiguo estará en marcha pronto; he visto muchas ganas de avanzar para mejorar el barrio"

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Daniel López Córdoba alterna las horas de trabajo en su estudio de arquitectura con el liderazgo en una de las concejalías que siempre genera ruido en Tudela, la de Urbanismo. También como responsable de Ordenación del Territorio, el edil de la agrupación Tudela Puede hace balance de los primeros meses en el cargo. “Intento aportar una visión diferente, como la que dicen que tenemos los arquitectos. Espero que pueda servir para mejorar”.

La primera gran obra de esta legislatura será la del cubrimiento del Queiles, pendiente desde hace unos años. ¿le hubiese gustado empezar con un proyecto propio?

Desde luego que sí. Pero es una responsabilidad para nosotros, una obra que había que acabar por el riesgo de perder una fianza. Una obra heredada que debía haberse acabado hace años y se fue dejando y dejando. Se trata de una inversión de un millón de euros. Con esa cantidad de dinero se podría impulsar a Tudela en muchísimos aspectos. Para el año que viene, las cosas cambiarán y podremos poner en marcha nuevos planes.

¿Cuáles han sido los principales hitos en estos primeros ocho meses de gobierno?

Hay muchísimas cosas en las que hemos trabajado desde el punto de vista de la planificación. Y es normal que a la gente le cueste entenderlo y diga que no se ven resultados todavía. Pero se ha avanzado en muchos aspectos. Hemos dedicado mucho trabajo a buscar oportunidades de financiación fuera de nuestras fronteras y estamos a la espera de saber si se nos conceden unas subvenciones europeas que permitirían acometer actuaciones puntuales.

Otro aspecto importante ha sido el del mantenimiento de los edificios municipales, como centros cívicos, colegios, músicos, instalaciones deportivas, el Gaztambide… casi todos ellos cuentan ya con una ficha técnica para que cada departamento pueda tener un seguimiento y un control de todos esos edificios. Además, se han solventado carencias de la ciudad, en términos de limpieza, accesibilidad, alumbrado, pavimentación… se han actualizado pliegos y contratas buscando además un mayor control.

En este aspecto, el sentir de la calle siempre ha sido que faltaba mantenimiento, que Tudela estaba dejada.

Durante mucho tiempo ha sido así. Desde que entramos en el gobierno, hemos estudiado todos los aspectos necesarios para poner en marcha un plan de mantenimiento de la ciudad. Si no tienes un plan, eres reactivo y sólo trabajas para cubrir parches como en los últimos años, la inversión siempre se hace mayor. La pena es que este año no se van a ver inversiones de calado.

En un punto clave del Casco Antiguo está el edificio de Sementales, cada vez más deteriorado. ¿Qué va a pasar en un corto plazo? 

Sementales requiere una inversión muy importante. Nos quedamos con un edificio cuyo proyecto era de tal envergadura que jamás se intervino en él. Ahora mismo tenemos controlados los puntos más deteriorados, que están en el claustro. A falta de valoración económica, nuestra idea es actuar en esas zonas más castigadas cuanto antes.

¿Qué ocurrirá con el proyecto de Rafael Moneo? 

El proyecto está ahí y no tiene ningún sentido tirarlo a la basura. Desde el área podemos recuperar no sólo ese proyecto, sino otros muchos que estaban en los cajones, para quitarles el polvo, porque no dejan de ser recursos que, de una u otra forma, se pueden optimizar. En gran medida dependerá de la capacidad de financiación a través de los programas europeos.

La Mesa del Casco Antiguo era parte del acuerdo programático. ¿Para cuándo estará en marcha?

Espero que para el mes de marzo podamos poner en marcha este órgano de trabajo que pretende ser un punto de encuentro y debate entre todos los actores del barrio y la ciudad. He visto mucha disposición para que eche a andar, tenga más actividad, sea más acogedor y no se quede atrás.

Se ha creado también una mesa de trabajo para busca una solución al Camino del Instituto. Es un gran paso… pero sin UPN.

No lo entiendo y el tono que han utilizado en sus declaraciones no me ha agradado. En noviembre todos los grupos estábamos de acuerdo en ponernos a trabajar, fuera con una mesa o con lo que sea, y ellos también. Están en su derecho de no asistir, pero creo que es una decisión errónea. Por supuesto, la puerta sigue abierta para ellos. La mesa se ha puesto un plazo de tres meses para hallar soluciones.