Tudela

Las cuentas del Ayuntamiento de Tudela tras la liquidación de Presupuesto: 6 millones de remanente de tesorería

El alcalde, Eneko Larrarte, y el concejal de Hacienda, José Ángel Andrés, destacan la reducción de la deuda municipal en un 20% en los dos últimos ejercicios económicos.

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photo_camera Eneko Larrarte, en una foto de archivo

El alcalde de Tudela, Eneko Larrarte, ha valorado este jueves que la situación económico financiera sea “positiva” tras la liquidación del Presupuesto Municipal de 2017 y ha destacado el aumento del remanente de tesorería hasta más de 6 millones de euros y la reducción de la deuda municipal en un 20% en los dos últimos ejercicios.

El alcalde ha comparecido junto al edil de Hacienda, el socialista José Ángel Andrés, para analizar el cierre de cuentas del ejercicio económico de 2017, y ambos han subrayado que los resultados presupuestarios han sido “positivos” en los dos ejercicios completos gestionados por el actual equipo de gobierno.

En concreto, el resultado presupuestario ajustado de 2017 en el Ayuntamiento ha dado una cifra positiva de 2.156.582,59 euros y, en el caso del presupuesto consolidado, que incluye las cuentas de la Junta de Aguas y la EPEL Castel Ruiz, de 2.969.878,96 euros, según el alcalde y el concejal de Hacienda.

En lo que atañe al remanente de tesorería, el del presupuesto consolidado asciende a 31 de diciembre de 2017 a 6.149.136,99 euros, según ha detallado Andrés.

“Es interesante tener ese remanente, y más en el contexto actual, en el que las limitaciones a nivel legal para llevar a cabo diversas actuaciones”, ha apuntillado el alcalde.

El concejal de Hacienda ha señalado además que en relación al remanente de tesorería específico del Ayuntamiento, la cifra ha pasado de ser negativa en más de 300.000 euros en 2015 a 3.068.958 euros al cierre del último ejercicio.

La deuda municipal, a 31 de diciembre de 2017, se sitúa en un porcentaje del 59% en el presupuesto del Ayuntamiento, con  una cifra de 20.316.000 euros, mientras que si se incluyen las cuentas de la Junta de Aguas y Castel Ruiz el porcentaje es del 53,3%.

Andrés ha detallado que la deuda era de 25.437.000 euros a diciembre de 2015, lo que suponía un 77,7% de los ingresos corrientes del Ayuntamiento y un 70% contando Junta de Aguas y Castel Ruiz.

“Hemos sido capaces de reducir la deuda y eso deja en una situación favorable al consistorio a la hora de tener que recurrir a recursos ajenos de financiación bancaria en el hipotético caso de que lo necesitáramos”, ha señalado Larrarte.

El alcalde ha afirmado que estas cifras se han conseguido “generando más ingresos sin subir la presión fiscal en los impuestos de competencia municipal, gastando menos y obteniendo financiación ajena por diferentes vías para acometer algunos proyectos”.

“El grado de ejecución de los Presupuestos, un tema que suele generar debate en los plenos municipales, está en torno al 92% en ambos ejercicios. Especialmente en el año 2017 se debe a circunstancias en su mayoría ajenas”, ha detallado el alcalde.

En concreto, Larrarte ha mencionado el retraso en la adjudicación de la dirección de obra en los trabajos de acondicionamiento de la calle Ador por un recurso que finalmente fue desestimado, la espera a las resoluciones del Ministerio de Hacienda para las obras del ascensor de la Torre Monreal y la caída de uno de los socios del proyecto del Cerro de Santa Bárbara.

“No es que hayamos hecho promesas que después hemos incumplido, sino que han existido inconvenientes, algunos seguramente fruto de nuestra capacidad de gestión interna, pero otros que son fundamentalmente externos que han dilatado en el tiempo los proyectos”, ha explicado el alcalde.

La regla de gasto

“Estamos relativamente contentos por la senda en la que estamos trabajando acerca de la situación económica financiera del Ayuntamiento y porque esperamos que este es el año en el que se van a poner en marcha varios proyectos”, ha añadido Larrarte.

El alcalde y el concejal de Hacienda han vuelto a mostrarse críticos, no obstante, con la regla de gasto, que “imposibilita aumentar el gasto corriente en determinados servicios” pese a que los ayuntamientos tengan “endeudamiento a la baja y recursos propios”.

“Genera una situación extraña el hecho de que podamos ejecutar inversiones financieramente sostenibles pero nos encontremos limitados por esa regla de gasto”, ha lamentado Larrarte.