Las prisas y el sentimiento de responsabilidad son las protagonistas de las fiestas para aquéllos que no sólo las han planeado hasta el mínimo detalle, sino que también son los encargados de que todo salga perfecto. Entre ellos, y al frente de la Comisión organizadora está Juan Antonio Belío, concejal de Festejos.
¿Cómo ha resultado planificar las fiestas este año, con toda la problemática de la crisis y la falta de financiación de los ayuntamientos?
Pues en nuestro caso no hemos reducido mucho, así que tenemos un poco menos dinero que el año pasado, y por ejemplo hemos tenido que prescindir de vacas una mañana. Además, seguimos con la política de que las actuaciones musicales vayan a cargo de grupos u orquestas en las que actue gente del pueblo. Por lo demás, creo que hemos conseguido mantener más o menos los mismos actos en la calle que otros años, como por ejemplo los almuerzos y comidas populares, las degustaciones, las vaquillas, los conciertos o los encierros de la tarde. Es un programa tan variado como el de cada año.
Precisamente una de las pocas novedades del programa es que este año no se celebrarán las vaquillas a caballos, ¿ cómo lleváis en el pueblo tener que renunciar a este acto?
Es una pena, porque es un acto muy bonito, que llevábamos haciendo ya 17 años seguidos y al que acudía mucha gente de otras localidades. El problema es que este año no hay presupuesto para hacer las reformas necesarias para cumplir la normativa, porque el trayecto por el que pasaban las vacas no está vallado, pero esperamos que el año que viene esté solucionado. Este año, para sustituirlo, hemos programado un encierro de toros, que no está nada mal.
¿Qué piensa la gente de esta prohibición?
La gente está muy disgustada, pero un encierro de toros es también un espectáculo bonito.
