A diario estamos viviendo cambios sociales, políticos y económicos a una velocidad que en ocasiones se escapa de nuestras previsiones: cambios en el gobierno municipal o autonómico que modifican leyes o estatutos, cambios en la economía que generan nuevas necesidades o que modifican el consumo, cambios sociales que crean modas, afinidades o desaprobaciones… Todos estos cambios nos afectan inevitablemente a nivel personal y por consiguiente a nivel profesional por lo que si tenemos una empresa y detectamos que los cambios nos pueden afectar hay que ponerse manos a la obra para canalizar las actuaciones y así adaptarnos a la situación.
En primer lugar tendremos que definir qué cambios están ocurriendo y a qué está afectando, esto lo tendremos que resolver a través de un estudio integral donde se detecten las partes de la empresa que han sido afectadas por el cambio y cómo ha sido esa afección, hasta dónde ha llegado y en qué medida está influyendo en las previsiones de resultados.
Obtenida esta información, bien definida y ordenada, se debe establecer un Plan de actuación que enumere los pasos a seguir para que la empresa consiga los objetivos necesarios, estos pasos tienen que ir de la mano de:
• Formación a los administradores en “Gestión del cambio en las organizaciones”.
• Formación a los empleados en “Adaptación al cambio”.
• Definición de estrategias que posibiliten que la empresa en su conjunto absorba el cambio como impulso para la mejora.
Todo el Plan de actuación definido debe estar inmerso en un proceso de comunicación permanente que posibilite el intercambio de información entre departamentos y personas, y que no ralentice la consecución de los objetivos y la adaptación al cambio, que es de los que se trata.
Nuria Alonso y Esther Jiménez
Invesoc
