Fitero

El Císter y el Monasterio de La Oliva

El pasado sábado 20 de agosto de 2022 era un día festivo para la comunidad cisterciense en general. 

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photo_camera Misa mayor con el arzobispo de Pamplona y Tudela, D. Francisco Pérez

El santoral venía remarcado por la figura de San Bernardo de Claraval, abad y doctor de la Iglesia que tan relevante fue en la expansión de la orden creada por los considerados padres fundadores San Roberto de Molesmes, San Alberico y San Esteban de Harding que fueron los tres primeros abades que tuvo el monasterio de Císter (Cîteaux).

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Figura de San Bernardo de Claraval

Fue una oportunidad de acercarse al cenobio antes de su inminente cierre, por dos años, para acomenter una seria, costosa y profunda reforma del suelo del templo que le llevará este tiempo (si no algo más). Hace unos años ya se reformó el tejado y los muros tocando ahora afrontar esta parte tan delicada y exigente. Dada la precaria situación de la comunidad, tan justa de jóvenes vocaciones, van a necesitar mucho arropo de sus vecinos y allegados para afrontar la reforma.

Fue muy positivo observar en la misa mayor al arzobispo de Pamplona y Tudela, D. Francisco Pérez acompañado del actual abad de la Oliva, P. Javier Urós Murillo, y de Leyre, P. Juan Manuel Apesteguía, que acudió acompañado de algunos monjes legerenses. También estuvieron sacerdotes naturales de los pueblos del entorno o el P. Alfredo Urzainque que fuera párroco en Carcastillo, Murillo el Fruto, Mélida y Santacara, actualmente destinado en Ermitagaña (Pamplona) y director del longevo rotativo diocensano “La Verdad”.

Y además de numerosos amigos y vecinos, la presencia de parte de la Junta de Bardenas Reales también demostró el cuidado y cariño de esta milenaria entidad con uno de sus congozantes que, dicho sea de paso, necesitado está de ello.

El Císter en Navarra y su entorno

La temprana fundación del monasterio de la Oliva es la primera que se hizo en Navarra, pero no es la primera fundación de Navarra cuyo honor le corresponde a Fitero. Esta paradoja se explica porque Fitero recibe la herencia del monasterio de Niencebas, situado entre Grávalos (La Rioja) y Fitero. El cambio se realizó en la segunda mitad del siglo XII (c. 1179) y la Oliva es una fundación de García Ramírez (c. 1134). Desde luego ambos monasterios que mantuvieron incluso una filiación mutua, son los impulsores de la orden por Navarra, pero también por las tierras vecinas aragonesas y riojanas. No en vano están en la muga con ellas. Y esta situación explica también su aparición en tales zonas como elementos clave de pacificación de la zona, de la frontera, y, con ello, el arraigo de tales límites.

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Fitero recibió la herencia del monasterio de Niencebas

La huella de esta orden en la Navarra actual es muy importante. A los nombres de Fitero y la Oliva hay que unir Tulebras, Iranzu, Alloz, Marcilla y Leyre. Esta última mención sigue sorprendiendo a mucha gente aunque la realidad es que Leyre fue cistenciense desde mediados del siglo XIII hasta la desamortización del primer tercio del siglo XIX. De todos los mencionados algunos ya no contienen entre sus muros comunidades de este carisma (el mencionado Leyre, Iranzu o Marcilla, Fitero) pero la impronta es visible en las hechuras de sus piedras. Como es visible tal estilo cisterciense extramuros de tales monasterios, siendo un claro ejemplo la Catedral de Santa María de Tudela.

Una advocación común a casi todos, por cierto, es la de Santa María, a veces Santa María la Real. Ello es muestra de la cercanía al trono real que siempre favoreció a la orden. Y si lo hicieron los tres últimos reyes privativos navarros, no les fueron a la zaga las posteriores dinastías francesas. La Casa de Champaña tuvo siempre una relación especial, cercana, con San Bernardo de Claraval y con los abades de Cîteaux. Este favor real auspició las costosas obras de edificación de todos ellos, en mayor o menor medida, y el desarrollo de señoríos en distintas comarcas bajo administración de los respectivos abades.

La Oliva

Aunque uno, a nivel personal, tiene una percepción de que, dentro del conjunto monacal navarro, más allá de autoridades y expertos en la materia (que no son pocos), La Oliva está arrinconada, apartada. Quizá sea la propia circunstancia geográfica que la ubica en una zona igualmente arrinconada y apartada. Como contrate, las Cinco Villas aragonesas demuestran un afecto y cercanía que culmina por el mismo hecho de que la patrona de Ejea de los Caballeros sea la Virgen de la Oliva. Allá, además de un templo bajo tal advocación, está la cofradía homónima que anualmente se acercan al monasterio para revivir y ahondar tan estrecha relación.

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Son muchos los riberos que han pernoctado en la hospedería olivense y, seguramente, asociarán a las Javieradas sus muros y recuerdos

Algún otro día, por contra, habrá que contar cómo algunos abades de la Oliva, que ejercieron de presidentes de la Diputación, tuvieron que escapar del azote napoleónico cobrándose sus tropas cumplida venganza sobre el lugar sometido a un intenso y vejatorio saqueo. 

Pero hoy estamos para hablar de cosas bonitas. Creo que son muchos los riberos que han pernoctado en la hospedería olivense y, seguramente, asociarán a las Javieradas sus muros y recuerdos. Está cercanas fechas que la actual comunidad quiere celebrar, fechas en las que sería oportuno y bienvenido el abrazo de cuantos aman este paraje, sea por unas razones u otras. Habrá que estar atentos.