Un año más, los cerveranos rememoraron una de sus tradiciones más antiguas: la bandera de la Virgen del Monte, una costumbre que se ha venido repitiendo en los últimos cuatro siglos.
La Asociación cultural Crónica Cerverana realizó por sexto año consecutivo una representación que acompaña y revitaliza la tradicional fiesta de la bandera, un rito que se pierde en los siglos y que, año tras año, en el día de la Ascensión, lleva a la Ermita-Basílica de la Virgen del Monte de Cervera una bandera blanca bordada con una cruz azul. Y en la cual participan más de 50 cerveranos.
Una de las peculiaridades en esta participación es que 250 cerveranas o descendientes de la localidad, que fueron y siguen siendo inscritas poco después de su nacimiento, esperan su turno para poder prender una nueva bandera. La condición de soltería que se exige a la doncella, va haciendo caer de la lista a muchas de las candidatas. El relato, que fue publicado en 1856 por Bécquer, introdujo en el ascentral rito esta figura, quien coloca la enseña en recuerdo de los amores del noble Fortún y de la princesa Zahra
