Existen tendencias que ni el más ‘cool’ podría lucir con orgullo, pero que, aunque no nos ofrezcan demasiada confianza, pueden ser inspiración para algo más mundano.
Parece que será el verano de nuestros sueños, y no precisamente porque las tendencias del momento sean maravillosas, que lo son, sino porque los vestidos lenceros y los pijamas de dos piezas se han colocado en el podium de lo más demandado hasta la fecha. ¿Es real esta nueva fiebre por sacar la ropa de casa a la calle? A muchas nos dará pudor y no lo veremos demasiado favorecedor pero si lo combinamos con prendas que le den carácter, como una cazadora de cuero o una camisa vaquera abierta, cambiaremos el chip por completo. Consiste también en llevarlo a nuestro terreno, igual que ocurre con la técnica del tie dye (prendas con efecto desteñido) que se popularizó en los 60 con el movimiento hippie y volvió en los 90 con una estética grunge. Quizás si lo llevamos en pequeñas cantidades demos con el resultado.
La pasarela es siempre una plataforma donde se reivindica todo aquello de lo que carecemos. Gran parte de las veces la mujer es el tema principal y, por ello, ha habido un denominador común en muchos diseñadores que han creado prendas en las que se transparenta el pecho de las modelos. ¿Te atreverías a llevarlo? Está claro que no es una tendencia que vayamos a respetar pero si elegimos un bonito sujetador puede resultar bastante sexy y rompedor.
Tampoco creo que nos vistamos de color plata de arriba abajo como si de un traje espacial se tratase; ni veo demasiado estiloso llevar pantalón ancho y vestido ablusonado al mismo tiempo. La ropa irregular no está hecha para vestirse cada día, ni el ante es lo más fresco para el verano. Pero quién sabe si terminaremos mezclando todas estas tendencias o si nos volveremos locas por encontrar nuestro pantalón con más rotos que tela. Es cuestión de saber combinarlo y jugar a la moda. ¿Te apuntas?
Clara Alegría
Periodista de moda
