Tudela

Banquetes a la carta

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El banquete nupcial es ya tan importante como la ceremonia religiosa y una ocasión para los recién casados de lucirse con sus invitados. En los últimos años la oferta de establecimientos donde celebrar las boda se ha ampliado tanto que se encuentran opciones para todos los gustos y bolsillos. Además, gracias al asesoramiento que brindan los propios profesionales de hoteles y restaurantes es casi imposible que el banquete salga mal. Desde la elección del menú, hasta la fiesta posterior están adaptados, en cada caso, a la medida y gustos de los que se casan.

Entre los establecimientos de la Ribera más habituales para la celebración de los banquetes nupciales destacan el Restaurante Marisol, en Cadreita, el Villa de Castejón, el Hotel Alhama, en Cintruénigo y el Tudela-Bardenas o el Restaurante Alcazaba, en la capital ribera. Desde el presente mes, hasta finales de octubre es casi imposible encontrar un fin de semana libre de bodas en ninguno de estos 5 establecimientos que comparten una misma filosofía de trabajo basada en el compromiso profesional y en una amplia y deliciosa oferta gastronómica centrada en los productos de la tierra.

Los responsables de estos 5 restaurantes coinciden en que el precio medio de un cubierto ronda en la actualidad los 80 euros, situándose la cifra de invitados entre los 170 y los 300. De igual forma, las parejas siguen prefiriendo los banquetes por el día que por la noche y, pese a que en el segundo caso el menú debiera ser aligerado con menos platos, estos restauradores riberos saben también que tal supresión no se tiene mucho en cuenta en la Ribera. De esta forma, lo normal es que se elija un menú de entre 4 y 7 platos, en función de la cantidad de aperitivo que se sirva antes del banquete. “Como norma general se suele poner un menú compuesto por 2 entrantes, marisco, un pescado y la carne. Pero es muy importante que los novios encuentren a alguien que les asesore.

Por otra parte, ante la constante innovación que marca la tónica general en este sector, cada establecimiento busca su propio distintivo de cara a hacerse más atractivo ante determinados clientes. Este toque de distinción se logra mediante aspectos como la música o las propias instalaciones. “Al final yo creo que lo que buscan los novios es hacer una fiesta particular para su gente en la que entran en juego 2 cosas: que las instalaciones sean propicias y que se les oferte la posibilidad de añadir complementos, como un aperitivo posterior, para alargar esa fiesta”, comenta Jesús Berisa desde el Villa de Castejón.