Los bancos que se reparten por la localidad cincovillesa de Santa Engracia se están convirtiendo en pequeñas piezas de arte urbano, ya que, desde ayer, y durante los próximos dos domingos (27 de octubre y 3 de noviembre), gracias a un taller impulsado por la asociación recreativo cultural de la localidad se están transformando acogiendo divertidos colores y lemas que invitan a sentarse, descansar y reflexionar.
Este taller es fruto de la colaboración con la Comarca de las Cinco Villas, que apoya económicamente este proyecto dentro de su línea de subvenciones para agrupaciones y actividades culturales.
Si bien, el verdadero motor son sus participantes, un grupo de unos diez jóvenes y mujeres del municipio que, capitaneados por la profesora de manualidades, Merche Sánchez, llevan a cabo la actividad. Para participar, tan solo hay que acudir a la plaza los días señalados, de 15.30 a 19.30 horas. El único requisito para participar es ser mayor de 15 años.
Una vez en la plaza, la profesora reparte el trabajo. El objetivo de este año es pintar unos ochos o nueve bancos. En los cuatro que hay en la plaza se están pintando las cuatro estaciones; en el del parque infantil se llevará a cabo un divertido monstruito; en el del colegio, una temática relativa al cuento ‘Alicia en el país de las maravillas’; en el del pabellón, una musical, y en la calle Cinco Villas, un árbol muy especial.
Son estos algunos de los ejemplos de decoración que se plasmarán en los bancos. En todos ellos, las imágenes se acompañan de textos que invitan a la reflexión: “Hoy es un buen día para sonreír”, “Sueña, vive, disfrutar”, “Lo mejor de la vida es gratis”, etc.
De paso, gracias a esta propuesta “se quiere concienciar a los más jóvenes de la necesidad de respetar el mobiliario urbano, que es de todos, ya que su trabajo se ve reflejado en él y valorado por el resto de los vecinos”, comenta Arancha Rebullida, presidenta de la Asociación Recreativo Cultural de Santa Engracia.
Tanto es el entusiasmo que ha generado esta propuesta en la localidad que ya piensan en darle continuidad al año que viene. “Quizá podríamos pintar algunas fachadas situadas en espacios comunes del pueblo”, señala Rebullida. Por el momento, seguirán pintando los bancos, dándole otra vida y convirtiéndolos en objetos llenos de arte.
