Aimar Sánchez Jiménez, el niño elegido este año para la representación de la tradicional Bajada de El Ángel que da fin a la Semana Santa de Tudela, no volará en la plaza Nueva este domingo. Sin embargo, todos recordarán, sin duda, a este Ángel que no lo fue, del todo, por el confinamiento impuesto por la epidemia de CoronaVirus que ha puesto a la fecha una guinda inolvidable. De modo que este ya afamado joven actor debe estar tranquilo, porque para la Ribera ha representado fielmente el papel en el imaginario colectivo, deseosos todos de volver a una rutina que no llega.
¡Gracias Aimar por tu empeño, tu dedicación en los frustrados ensayos y por tu eterna predisposición! ¡Y no te preocupes, para nosotros eres el mejor! Lo has hecho como ninguno otro de tus antecesores.
La capital de la Mejana ha estado plagada este Sábado Santo de emulaciones del tradicional Volatín, que hoy debiera haber animado los cielos de la plaza de los Fueros con su escandalosa vestimenta, sorpresiva y ruidosa. Se puede afirmar que decenas de vecinos han realizado su particular puesta en escena, rememorando y realizando a su modo esta popular representación a los ojos de vecinos cercanos y de la calle, con los vídeos de los móviles como testigos etéreos, para recordar uno de los ritos más importantes de nuestro calendario, hito que quedará grabado en el subconsciente de todos por su no paso por el día a día del sagrado almanaque de la ciudad, este aciago 2020, extraño y caseramente solitario.
Por ello, es de esperar que mañana, Domingo de Resurrección, como ocurrió el Viernes Santo en Corella, que se recordó su procesión de mil maneras, casa por casa, balcón por balcón, y como pasará en Cabanillas con su Judas que no será capturado por los romanos, varias docenas de balcones emularán el inolvidable trabajo de Aimar, a modo de Bajada de El Ángel espectacularmente diferente, pero inolvidablemente de Aimar, protagonista eterno de esta primavera de penitencia confinada que nos está tocando darnos.
Programa organizado por la familia y amigos del Ángel de Tudela para este domingo.
¡Gracias a tí, chaval, por recordarnos, mientras vivas, que este 12 de abril de 2020, ni la mala salud colectiva nos alejó de una de nuestras más propias maneras de ser! Desde ahora, Aimar, tu nombre, será sinónimo de Ángel, de cielo y de entrega. Incondicional disposición que, como una abnegada Madre, se sacrifica por sus retoños sin pensar. Para todos, has volado por nuestro cielo y encumbrado nuestras cabezas, en la plaza Nueva, como nadie, como siempre, pero como nunca... ¡Gracias!
Aimar ataviado para la faena en uno de sus últimos ensayos.
