Tudela

Ángel Lorón, tudelano ausente

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Pasión por la música

La peña El Brindis homenajeará el próximo día 24 de julio a Ángel Lorón Alonso como tudelano ausente de este año. Le han elegido porque es un apasionado de las fiestas, a las que no suele faltar a pesar de llevar 43 años en Francia. Actualmente, Ángel está jubilado, pero ha trabajado toda la vida como marmolista escultor.

De familia de agricultores, Ángel nació en la tudelana calle del Paseo del Castillo, en el año 1932, y pronto se trasladó a vivir a la calle Magdalena. Cuando cumplió 15 años, entró a trabajar en un taller de mármoles y talla de piedra de la mano de Ángel Puertas, con el que se formó a golpes de maceta y cincel. Permaneció con él a lo largo de 15 años, durante los cuales se convirtió en su maestro, su amigo y su compañero.

“Sin embargo, -aseguraba el homenajeado-, el trabajo más complicado de mi vida lo voy a hacer el día de la fiesta. Porque hablar delante del público es muy difícil”. Y eso que Lorón tiene costumbre de actuar delante de muchas personas. Porque otra de sus facetas más conocida es la musical. Su afición se despertó muy pronto, siguiendo a sus hermanos en las rondallas de las noches de Navidad. Con tan sólo 12 años, su madre le compró su primera bandurria, y poco después entró en la escuela de don Ignacio Navarro, director de la rondalla Brisas Tudelanas. Más adelante, Ángel entró a formar parte de esa rondalla, participando en concursos y conciertos de gran nivel.

6 meses a francia

Su pasión por la música no se quedó ahí, ya que junto a Enrique Ramos y Dámaso Bueno, formó el conocido Trío Sport, con el que participó en conciertos y concursos, y obtuvo algunos premios en Pamplona, Logroño y Soria. Ángel llegó a actuar incluso con artistas de renombre como el Dúo Dinámico, Los Iruñako o el Trío Guadalajara, Lolita Sevilla y muchos otros.

Su marcha de Tudela fue, en parte, algo circunstancial. Cuando cumplió 30 años, un escultor francés le propuso ir a trabajar al país galo para 6 meses. “Y me fui para allí, pero nunca supe de qué año iban a ser los seis meses, -bromea Ángel-, porque el tiempo se fue pasando, nació mi segundo hijo, surgieron amistades... Y los seis meses se convirtieron en 43 años. Además, al estar tan cerca de aquí no tuve nunca nostalgia”.