Tudela

Anasaps y Anfas inauguraron sus nuevas instalaciones en la capital ribera

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Las delegaciones de Anfas y Anasaps en Tudela inauguraron de manera oficial el pasado miércoles sus nuevas instalaciones en la capital ribera. A partir de ahora su labor social la desarrollarán en el antiguo colegio de Lourdes, locales cedidos por la Fundación Civil San Francisco Javier.

Instalación

La andadura de este proyecto comenzó en 2002 con los primeros contactos cuyos frutos llegaron cuatro años más tarde con la firma de un acuerdo de colaboración. “El proyecto se entendió por parte de la Administración y se le otorgó una subvención de 1.500.000 de euros, que junto a la aportación de los presupuestos participativos (122.000) del Ayuntamiento, con el apoyo de toda la sociedad tudelana han hecho posible esta iniciativa”, comentaba el presidente de Anfas, Federico Repáraz. Su homólogo en Anasaps, Félix Osés, destacó la coincidencia de este traslado con el décimo aniversario de la delegación tudelana: “El centro se abrió con mucha modestia en medios, y que mejor manera de celebrar estos diez años que la de estrenar estos maravillosos locales”.


El presidente del Gobierno foral, Miguel Sanz, también estuvo presente en este acto, en el que quiso destacar el trabajo de ambas asociaciones en la Ribera: “Su labor y su buen ejemplo han sido especialmente valorados y reconocidos, pues todas las familias y todos los ciudadanos de Tudela y su comarca se sienten vinculados con la obra que realizan”. Otro de los asistentes, Javier Lizán, gerente de la Fundación San Francisco Javier, recordó la labor del padre Lasa, impulsor del barrio de Lourdes y en especial de su colegio, a quien ambas asociaciones han querido homenajear poniendo su nombre a una de las salas. "Yo quiero daros las gracias a Anfas y Anasaps porque nos habéis permitido colaborar con vosotros", indicó.

Se trata de un local de 1.500 m2, dividido en tres plantas. Anfas cuenta con dos de ellas. En la primera se han ubicado el despacho de información y asesoramiento, así como las salas destinadas a los programas para niños con discapacidad. La segunda es para los socios adultos con las salas de informática o musicoterapia, entre otras. La última de las plantas es la de Anasaps, en la que cuentan con diferentes despachos, salas de reuniones y actividades (dibujo, bailes, inglés...).