Tudela

Amanecer dorado



Cuando tus rayos de calor me abrazan,

mi cuerpo alcanza su plenitud de vida

cuando tu sábana dorada me cubre

el fuego de mi cuerpo sale huyendo

por mis poros humedeciendo el suelo

cuando al atardecer te vas sin despedirte

una sombra húmeda y blanda

se hace dueña de mí

si un día gris apagas tu llama dorada

también apagas mi magia.


Y sólo me queda una luz

mechada sin fuerzas

si tu no volverías con tu llama dorada

mi luz mecha agonizaría para siempre

sin volver a tener vida propia.