La Semana Santa en La Rioja baja ha tenido dos vertientes, la religiosa, con procesiones y escenificación sobre la pasión, muerte y Resurrección de Cristo, y la turística de la mano de la gastronomía.
A ese gran ambiente formado durante la Semana Santa Verde de Alfaro, entre los bares y restaurantes, se han sumado las diversas citas propuestas, como las catas de aceite o chorizo riojanos en el centro cultural Caja Rioja, la exposición de verduras por la Casilla Ecológica en la plaza de España, las degustaciones de menestra o chorizo en sus soportales, actuaciones teatrales y educativas para los niños además de hinchables…
A los actos puramente de la Semana Santa Verde, el área de Turismo del Ayuntamiento ha buscado mostrar los otros recursos de la localidad: así, las puertas de la Colegiata de San Miguel se abrieron para mostrar a los visitantes su restauración, se volvió a poner en marcha el tren turístico a los Sotos del Ebro, etc.
Junto a estas propuestas gastronómicas y culturales, la propia Semana Santa alfareña también implicó a cientos de vecinos y ganó la admiración de muchos visitantes como las procesiones del Vía Crucis o del Santo Entierro el viernes.
Después de días de recogimiento, devoción y pasión con las procesiones, los alfareños llegaron al Domingo de Resurrección celebrando una de sus tradiciones más antiguas, la Quema de los Judas, declarada fiesta de interés turístico en 2005. Los vecinos y comerciantes de varios barrios quemaron 71 peleles, los de la calle Tudela analizaban la crisis, y los de la calle Araciel, el hundimiento del Titanic.
