Sobre la algarabía de pólvoras y cánticos
que descorchan la fiesta de alegrías y cavas,
sobre la estela vértigo de una azul Revoltosa
y el sarmiento que pinta las costillas doradas,
sobre noches del Queiles encendidas de música,
sobre suertes taurinas con clarines de grana,
sobre encierros zainos y quites de periódicos,
sobre peñas, pañuelos, gigantes y charangas,
sobre ferias que giran singladuras virtuales
y los ecos sentidos de los “Viva Santa Ana”
entre ofrendas de flores, sobre un rumor de velas
me queda en el recuerdo el detalle de magia
del bolsillo florido de una blanca camisa
donde brota el aroma de la humilde albahaca.
Pepe Alfaro