Tudela

“Al adolescente hay que hacerle ver sus errores de forma respetuosa”

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La Coordinadora de Hogares de Navarra, Laura Iparraguirre, pronunció una conferencia en Ciclo de Jornadas Educativas organizadas por el IES Benjamín de Tudela. Iparraguirre trató el tema Resolución de Conflictos con Adolescentes. En su intervención defendió el conflicto como un elemento imprescindible en la configuración de la personalidad del adolescente y un elemento positivo para su desarrollo. Según ella “es utópico pensar que no van a existir conflictos en la relación entre padres e hijos, lo que hay que lograr es normalizar estos episodios desde la calma, aprender a tolerarlos a expresarlos y a resolverlos”. Además subrayó que la familia es la plataforma en la que el niño explora su entorno y la aparición de conflictos en el seno de la familia le ayuda al adolescente a configurar su personalidad.

Según Laura Iparraguirre, “la adolescencia es un periodo vital en el desarrollo de la persona ya que es el puente de la niñez a la edad adulta y supone una construcción de la identidad personal que va a ser definitiva en la vida. El adolescente vive internamente una lucha por encontrar su identidad y muchas veces esa identidad se configura por oposición a lo que encuentra en su entorno más cercano que es la familia. Además, la familia tiene que asumir que el adolescente ya no es un niño y que por tanto se le debe conceder más ámbitos de responsabilidad y acompañarle en este proceso de autonomía personal”.

Pero, ¿cómo hacerlo? Esta es la gran pregunta que cualquiera se hace cuando tiene que enfrentarse a una situación conflictiva. “En primer lugar se debe respetar los valores y normas de conducta del adolescente. No todo lo que hace es correcto pero hay que hacerle ver sus errores de manera respetuosa y razonadamente, sin aplicar prejuicios de la edad infantil. Hay que ir permitiéndoles hacer elecciones y que asuman sus consecuencias tanto las buenas como las malas. En ese proceso es importante que aprendan a tolerar la frustración porque es una de las características con la que no están acostumbrados a convivir. El adolescente debe tener una opinión lo más exacta posible sobre sus capacidades, sin infravalorarlas pero sin caer tampoco en la sobre-valoración”.

Para Laura Iparraguirre la comunicación es la piedra filosofal “en todo el proceso educativo. De la comunicación el adolescente extrae dos aspectos que fundamentan más tarde su personalidad. Por un lado el adolescente recoge el contenido de lo que comunicamos, una información que es necesaria para él; y en segundo lugar interpreta un modelo de relación en estas situaciones. La manera en la que transmitamos los mensajes es asumido con naturalidad como la actitud correcta y determina el tipo de relaciones que el adolescente va a tener, forjando su conducta en los conflictos”.