Tarazona

¡A celebrarlo!

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En una boda no sólo es importante elegir el sitio más apropiado para la ceremonia, el traje perfecto o los detalles más originales, sino también encontrar el lugar más adecuado para celebrarlo con nuestros invitados.


El hotel Tudela-Bardenas, ubicado en la capital ribera, cuenta con dos amplios salones de bodas de recorridos independientes que incluyen salón y terraza de cóctel, comedor y sala de baile. La más grande tiene capacidad para albergar a un máximo de 300 invitados y la más pequeña a un máximo de 150 personas.

Los menús

Inés Martínez es la responsable de restauración. “Las parejas en la Ribera siguen prefiriendo las bodas por la mañana. A parte de las que contratamos, la gente pregunta más por comidas que por cenas. La única diferencia entre ambas puede ser que el menú es más ligero por la noche, ya que habitualmente se come menos, y las juergas son mayores, pero, por nuestra parte, el servicio que ofrecemos es el mismo independientemente del horario en que se celebre.


Cuando una pareja contacta con nosotros, se les cita y les enseñamos las instalaciones además de informarles sobre los detalles generales de una boda para que luego puedan organizarla a su gusto, ya que las bodas se personalizan muchísimo. No nos gusta darles sorpresas a los novios, así que especificamos muy bien todo lo que va incluido en el precio al presentar los presupuestos. Nuestro menú incluye: un cóctel de bienvenida, la decoración floral del salón, (que, salvo que nuestros clientes requieran algo concreto, consiste en flores blancas acompañadas de velas), la comida o la cena, la copa o el cubata, (ahora ya casi todo el mundo pide combinados) y un regalo por parte del hotel entre los que se oferta un autobús para transporte de invitados, la orquesta o un viaje de fin de semana para los novios.

“La media de lo que aquí se considera un buen menú de boda, que consiste en dos entrantes individuales, algo de marisco, pescado y carne, oscila entre los 110 y los 125 euros, dependiendo del tipo de marisco y pescado que elija cada pareja. La gente no se arriesga con la comida en una boda, opta por los sabores tradicionales, y, es lógico, porque tienen que quedar bien con el mayor número de invitados. ¡Imagina que nadie se atreve a probar la comida! Quizás donde más arriesgan es en los entrantes, por lo demás es muy típico elegir gambas y langostinos. El rape y el rodaballo son los pescados más solicitados y, entre las carnes, el cordero y el solomillo son los reyes.

Por supuesto nuestro jefe de cocina presenta platos nuevos cada año en los que se mantienen las bases de carne y pescado y lo que varían son las formas de cocinarlos y las salsas con las que se acompañan. En cuanto a los postres hay muchísima variación y son los novios quienes crean su propio plato a través de un menú degustación que les ofrecemos.