Queridas compañeras Teresas, auxiliares de clínica, enfermeras, celadoras, medicas cirujanas, trabajadoras de la limpieza, etc. Tras la situación creada por un gobierno de inútiles que han apostado por tratar en España a dos religiosos en estado terminal por el contagio en su generosa labor de salvar vidas del virus Ébola, quiero manifestaros públicamente mi admiración, mi respeto y mi apoyo. Ante el maremágnum de noticias contradictorias e infames por parte de la casta poltronera acusando a los profesionales de negligencias en la actuación del protocolo a la hora de colocarse y quitar ese traje de carrocero que las autoridades sanitarias han definido como apto e idóneo para el trato directo con el paciente, como ciudadano quiero expresar:
Entiendo como una acción propagandística y chulesca del gobierno español la llegada a España rodeados de motos, coches de la policía, cámaras de televisión de los dos religiosos infectados. Más aún cuando a posteridad se ha actuado de manera chapucera en lo que se refiere a medios, locales adecuados, medicamentos, etc.
"Esto ha supuesto el mejor disfraz de la realidad... Estamos en buenas manos"
En el caso de salvación de estos misioneros y, si por casualidad todo hubiera ido bien, esto hubiera supuesto el mejor disfraz de la realidad en materia de salud.
Los directores de centros sanitarios, de áreas, etc. están sometidos a la disciplina política de sus respectivos consejeros, pero tienen que dar un paso al frente e informar verazmente a los ciudadanos del déficit sanitario creado con los recortes de presupuestos y de la mínima expresión en materia de inversión sanitaria o dimitir en cadena, y que sean los ministros y consejeros los que acaparen la ira de los enfermos y la ciudadanía en general. La sanidad pública está enferma, enferma de medios, de falta de personal y necesita una intervención quirúrgica urgente para ser extirpada de su seno la señora Ana Mato y sus Gurtelitos.
Mi deseo para que todas las posibles personas infectadas por el virus se curen lo antes posible y la afirmación rotunda de que por parte facultativa estamos en buenas manos.
Alfredo Gil ‘Txiki’
Trabajador
