Opinión

Cataluña

El viernes 27 de octubre había que parar el Golpe de Estado, parar en seco la rebelión.

El viernes 27 de octubre había que parar el Golpe de Estado, parar en seco la rebelión. El problema es complejo, no se puede solucionar en un espacio de tiempo corto, ni tan sólo con el 155. Con el apoyo de una mayoría parlamentaría, la reacción ha sido rápida, contundente y limitada.

Los sediciosos llevaban preparando desde hace mucho tiempo este golpe. Cuentan con asociaciones civiles, más comités de resistencia, más 27 decretos para la  implementación de la nueva soberanía republicana.

La aplicación del 155 necesita cortar la cabeza del Govern, que ha sido sustituido por la vicepresidenta Santamaría y todos los Secretarios de Estado que actuarán de Consellers. Por otro lado, la acción de la justicia llevará su propio camino.

Se escogieron unos objetivos claves para hacer una intervención de cirugía precisa, centrada en los Mossos, en Telecomunicaciones, en las Embajadas, en el Control Presupuestario. No se abordarán temas clave de difícil gestión en un espacio de tiempo de tan sólo 55 días. Habrá que acometer temas importantes como la educación, los medios de comunicación públicos como TV3 o Catalunya Radio, cuando se pueda.

"Urkullu está enfadado, para ellos es un grave precedente”

La consigna de los insurrectos es forzar la movilización para que se visualice la peor cara del Estado Opresor, es decir, esa España lúgubre que qioeren ver. 

Rajoy quiere evitar pisar los jardines más comprometidos, para salvar el objetivo principal que es cortar la implementación de la sedición después de la DUI.

Así se explica el que se celebraran las elecciones lo antes posible. El 21 de diciembre.

La PDECat no tiene candidato. La CUP debate si se presentará. Y ERC se tiene que presentar.

Para las primeras encuestas, la llave pasa por en Comú. Los independentistas perderían la mayoría. Esta aplicación del 155 es un aviso a navegantes para que se tome nota en otras latitudes, Urkullu está enfadado, para ellos es un grave precedente.