Cuando llegan estas fechas se suceden los actos de recordatorio de la
proclamación de la II República española. Aquí y allá se desempolvan las
banderas tricolores y se habla de aquella etapa histórica que va, desde el
14 de Abril de 1931 hasta el 1 de Abril de 1939. De sus logros, de sus
virtudes, de su trágico final...
No queremos que este texto, como nuestro pequeño homenaje a la
Proclamación de aquel lejano, 14 de abril, se quede en una celebración de
aquella efeméride, en un "réquiem". Queremos que sea una suma de
voluntades republicanas, para que más pronto que tarde, aquello que se nos
arrebató por la fuerza nos sea devuelto.
Que la bandera tricolor ondee no sólo en nuestros balcones, también en los
Ayuntamientos. Que la Democracia sea fruto de la participación ciudadana.
Que la soberanía resida en los Pueblos. En definitiva que la III República
borre definitivamente los últimos 71 años de ilegalidad que pesan como una
losa. Pero para eso hay que estar atentas y atentos y vigilantes, porque
los de siempre están ahí. Los de la muerte azul, los de negro (ahora con
lazos blancos), los que traicionan a sus pueblos por un platico de
lentejas, las falsas izquierdas que pactan con los hijos de los verdugos,
en nombre de la "sacrosanta unidad constitucional".
Nosotras y nosotros aquí estamos, no pudieron eliminar las semillas. Ellos lo
hicieron por nosotras. Hagámoslo nosotras por ellos y ellas. Salud y
República. Gora Euskal Herria.