La Hostelería nunca estará satisfecha, pero el balance colectivo cosechado tras las Fiestas de Santa Ana de Tudela de este año ha resultado bastante grato para todos.
Salvo la agresión sexual a una chica, más ruido mediático que aumento de un problema que siempre ha estado ahí y al que ahora se visualiza y planta cara, de una forma muy honesta, por parte de todos -también hay que decirlo-. Así, la capital de la Ribera debe ponerse a trabajar ya mismo, todos sus colectivos de la mano del equipo de Gobierno Municipal y demás fuerzas políticas, para mejorar lo mucho mejorable de estos días, para extrapolarlo a una ciudad que necesitaba no sólo gobierno, criterio y dirección, sino un mínimo liderazgo constructivo y positivo, que sepa contar con todos y escuchar a la mayoría y a los más alternativos, para construir el futuro y fundamentar las bases de unas Fiestas sostenibles y con más recorrido.