Opinión

¿Quién es responsable del (in)civismo?

No se nace con civismo, sino que se aprende o no a través de la educación. ¿Y quién es el responsable de que los niños adquieran civismo? En primer lugar, y sobre todo, la familia. En segundo lugar, y de forma complementaria, la escuela. En última instancia, el conjunto de la sociedad, pues educa el medio.

En la sociedad tudelana se constata un escaso civismo en una parte de la infancia-juventud (suciedad, ruido, gamberrismo), pero también –siendo más grave y el origen del problema- en una parte de los adultos (suciedad con perros, permisividad o desatención de hijos, robo de plantas, incumplimiento de normas).

¿A qué se debe ese bajo nivel de educación cívica? A que la familia y la escuela han perdido capacidad educadora, la primera porque es más reducida, inestable y permisiva que antes, la segunda porque ella sola no puede suplir las deficiencias familiares. Tanto una como otra tienen que competir con otras instancias educadoras (la economía de consumo, los medios de comunicación, los amigos, la calle) mucho más potentes y, a menudo, con valores opuestos a los que ellas tratan de inculcar.

Si la familia y la escuela no bastan para formar ciudadanos responsables ¿quién debe hacerlo? Sin duda, es la Administración quien debe asumir esa tarea, son los ayuntamientos y los gobiernos quienes deben establecer estrategias de intervención social para mejorar el comportamiento cívico. Un caso paradigmático, ya asumido, es el de la conducción vial, que ha conseguido mejorar el cumplimiento de las normas y reducir los accidentes.

¿Y qué ha hecho el gobierno municipal de UPN sobre este tema del civismo en Tudela? Hasta ahora bastante poco. Se ha limitado al ámbito de la educación vial, desatendiendo las cuestiones relacionadas con el comportamiento en la calle. Como si no fuese un problema público, sino un asunto menor de algunos vecinos. Por eso choca que ahora lo descubran como un problema de Tudela, como si fuese algo nuevo o ellos estuviesen recién llegados al Ayuntamiento, como si no fuesen también responsables por no haber actuado en esta cuestión, por no haber abordado en serio las frecuentes quejas de los vecinos.

Pero la cultura cívica de una ciudad no es un mero problema educativo. Es una cualidad intangible de su capital social con importantes repercusiones económicas. Y no me refiero sólo a los costes de mantenimiento, que también, sino a la imagen misma de la ciudad y de sus ciudadanos que, según sea mejor o peor, va a influir significativamente en el sector turístico, en el asentamiento de profesionales y en la atracción de inversiones. El valor de la marca Tudela depende muchísimo del nivel cultural y urbano que proyecta al exterior.

¿Qué habría que hacer? Adoptar la misma solución que se ha desarrollado con efectividad en otras ciudades: que el Ayuntamiento promueva y coordine la participación de los diversos agentes (administración, familia, escuela, asociaciones) en torno a un plan municipal de civismo, con objetivos, acciones y recursos a su disposición. Es el Ayuntamiento quien tiene que asumir el liderazgo de la educación social.

Eso es lo que venimos reclamando los del PSN desde hace tiempo. Y, precisamente por eso, en el acuerdo presupuestario con UPN propusimos la constitución de un Consejo Municipal de Educación para que, entre otras cosas, elabore un Pacto Local por el Civismo, que deberá traducirse en dos líneas de trabajo (la zanahoria y el palo): por una parte, un Plan de Acción que establezca las campañas de sensibilización, las medidas preventivas, la habilitación de zonas de ocio en condiciones, los recursos humanos y económicos necesarios, etc. y, por otra parte, una Ordenanza que regule el comportamiento de los ciudadanos, con la voluntad de poner los medios para hacerla cumplir. Complementariamente a ello, también propusimos que se realizara un diagnóstico y un plan de limpieza, tanto para conocer mejor el comportamiento de los ciudadanos en este tema como para auditar y mejorar la contrata con la empresa.

En definitiva, si tenemos un problema en Tudela con la limpieza y el comportamiento cívico, que el Ayuntamiento lo aborde en serio, que no se limite a mirar para otro lado ni se lamente echando la culpa a la gente. El equipo de gobierno de UPN ha aceptado asumir ese compromiso que le propusimos. Desde el PSN colaboraremos y vigilaremos para que se cumpla. Y al final de año valoraremos lo realizado.

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