“Aguantamos lo que sea necesario por nuestros negocios... Trabajamos día tras día, de sol a sol, para poder tener lo mismo que un trabajador de 8 horas en una fábrica, con nuestras responsabilidades, pero sin ninguna protección: jubilación penosa, bajas de accidente y enfermedad inexistentes... No podemos permitir que los pequeños comercios cierren sus puertas, son uno de los pilares de la economía de una ciudad y si este pilar cae, caerá una parte importante de nuestra vida. El comercio tradicional necesita tener confianza en su futuro para seguir adelante... y tenemos que dárselo”.
