Opinión

La Pobreza

Considerando muy pobres a los que viven con menos de 1 dólar al día, hay 1.000 millones de personas en esa situación. Si el umbral lo ponemos en 2 dólares, la cifra de pobres sube hasta 2.700 millones, el 40% de la población mundial. Frente a esta situación, la ONU aprobó en el 2000 el Proyecto Milenio con el propósito de reducir a la mitad la pobreza extrema en el 2015. Se concretó en 8 objetivos básicos: Agua potable, nutrición, escolarización, igualdad de género, crecimiento económico, reducción del sida, de la mortalidad materna y de la infantil.

Pero el avance en estos primeros años ha sido escaso. Para lograr que la pobreza se reduzca a la mitad, es preciso que los países ricos incrementemos nuestra ayuda desde el actual 0’25% del PIB al 0’44% en el año 2006 y al 0’54 en el 2015. Lo que equivale a una quinta parte del presupuesto militar o a medio punto del PIB.

¿Lo haremos? Si la ayuda se incrementase hasta el 0’7%, en el 2025 podría haberse eliminado del todo la pobreza extrema.

Nunca como hasta ahora ha sido tan factible erradicar la pobreza. Porque desde mediados del XX la población mundial se ha multiplicado por 3, pero la riqueza lo ha hecho por 12. Contamos, pues, con los recursos y la tecnología para resolver el problema. Sólo falta la voluntad social y política. ¿La tenemos?

Como en otros temas, la sociedad civil va por delante de sus gobiernos. En España, por ejemplo, en los últimos seis años se ha duplicado el número de voluntarios en las ONGs que trabajan por el desarrollo, que suman ya 25.000 personas. Y la aportación privada a la ayuda representa el 45% del total, frente al 55% de ayuda pública, sostenida hoy por Ayuntamientos y Comunidades Autónomas más que por el propio Estado.

Sin embargo, son los Estados y las instituciones internacionales (ONU) los que deben trabajar para establecer un nuevo orden mundial que, basado en los derechos humanos, responda democráticamente a los intereses y deseos de la Humanidad. Pero sólo lo harán si los ciudadanos empujamos en esa dirección.