Opinión

La Iglesia Católica, con el culo al aire

Francisco I del Vaticano, encargado de limpiar la suciedad acumulada durante siglos en la institución religiosa más perversa, estafadora y corrupta del mundo, tiene una muy difícil tarea, prácticamente imposible.



La dimisión de Benedicto XVI al comprobar que todas las corruptelas del colegio cardenalicio que habían funcionado muy bien sin que los fieles cristianos, pudieran solucionar, pues el sistema dictatorial oscurantista y dogmático unido al poder materialista de cada momento hacía que el dinero llegase a raudales a su estafadora institución, pero debido a las nuevas formas de comunicación, la sociedad está mucho mejor informada y eso pone en peligro la integridad del negocio.



Limpiar la corrupción implica un cambio en profundidad de la vida principesca cardenalicia, terminando con el apoyo de mafias, dictaduras, monarquías empresas e instituciones que como una tela de araña sustentan la gran estafada religiosa, no por que tengan fe en Cristo dios, sino por un modus viven di que al poder establecido le interesa que perviva.



Por ello este papa argentino, fue elegido por el colegio cardenalicio por sus características idóneas para hacer lo que hicieron las cortes franquistas en España para no perder los privilegios adquiridos en el franquismo, apoyaron a una monarquía Juan Carlista heredera del dictador y que con ayuda del ejercito, grandes empresas adictas al régimen, la iglesia y los fachas de siempre lograron mantenerse en el poder, haciendo creer al pueblo que tenía el poder y la gloria,afirmando que el poder reside en el pueblo español, pero en realidad sigue residiendo en la corona y el clero, como ahora quieren hacer los vaticanistas con ese reformar todo, para que todo siga igual con una imagen falsa pero más democrática, como nuestro Rey español ha conseguido durante estas décadas, con unos resultados magníficos a favor de los mismos caciques de siempre pisoteando los derechos del pueblo.