Es un tópico, pero nunca más que este año es válido el dicho de que “Año Nuevo, vida nueva”. Los paradigmas que hasta ahora nos habían guiado y hasta servido han dejado de ser válidos y se abre un momento, con el año 2017, que se imagina e intuye completamente diferente a lo conocido hasta la fecha.
No es mejor ni peor que los vividos hasta ahora, y como siempre hay demasiadas penurias en torno a la realidad más humana, no tenemos porqué pensar ni creer que este que llega va a ser un mal año. Al contrario, los cambios y movimientos que se le intuyen, sin duda, abrirán horizontes, nuevos ritmos y más y mejores oportunidades.
"Los paradigmas que han servido a nuestra civilización se encuentran en un punto de inflexión complejo y distinto"
La clave estriba en no temer las, llamemos, novedades, que rodean a este siglo XXI que ya avanza madurito hacia la mayoría de edad y nos tiene preocupados porque todos, absolutamente todos los paradigmas que han servido a nuestra civilización hasta ahora para llegar hasta este punto de desarrollo, se encuentran en un punto de inflexión complejo y distinto que hacen de esta época un tiempo, un momento diferente. Por ello, sólo se puede aspirar e imaginar que lo que llega, sin duda, va a ser mejor, porque voluntad, la clave para resolver todos los enigmas de la vida, no nos falta.
Dejarse amedrentar por agonías, agoreros y derrotistas, además de poco inteligente, es absolutamente incierto: nunca antes había estado mejor la humanidad. ¿Por qué pensar ahora lo contrario?
