Opinión

Más patrimonio

Este sábado hemos celebrado la Asamblea anual de la Asociación de Amigos de la Catedral de Tudela. Nos hemos reunido para dar un repaso al calendario de actividades realizadas en 2015, anticipar las que se pudieran realizar en el 2016 y recrearnos en las noticias que nos rodean con criterio de rehabilitación del conjunto catedralicio.

La reunión fue muy satisfactoria, ya que pudimos comprobar que nuestro interés por la divulgación de lo nuestro transcurre por caminos muy amplios y con frutos inmediatos.

Nunca me cansaré de ponderar el haberme encontrado en estos caminos con Blanca Aldanondo y Diego Carasusán, auténticos artífices de un material soberbio para llegar a todos los públicos sin distinción de edad y/o preparación artística.

En el capítulo de “ruegos y preguntas” fue inevitable comentar el artículo publicado recientemente por esta revista, con los datos de inversiones y aportaciones en el patrimonio catedralicio. La impresión de todos los reunidos fue de auténtica sorpresa, y no oculto que en un primer momento algo de incredulidad, por tratarse de instituciones que creíamos totalmente comprometidas con sus ciudadanos, pero no había lugar a dudas por tratarse de una publicación de solvencia en sus afirmaciones.

Yo creo que estos datos merecen una explicación. Esto confirma una vez más que refugiarse en los cuarteles de invierno conduce a la incomunicación, la perdida de realidad presente y futura. Por tanto, pedimos y/o reclamamos la reanudación del diálogo entre instituciones, cuanto antes, mejor sin dejar pasar el tiempo, que probablemente cure heridas pero también las agranda sino se toman los medicamentos (soluciones) a tiempo.