Opinión

¿Toca cambiar?

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La noticia de la abdicación del Rey Juan Carlos I ha revolucionado más todavía, si cabe, la actualidad española. La verdad, no era sorprendente que se tomara esa vía para resolver el estado físico, decadente y de mala imagen del monarca, que le ha llevado de los viajes "de Estado" con su amiga la Corina a perder la corona.

Dicho esto, sería desagradecido y estúpido no saber valorar y entender la transición que representó su figura estos últimos 40 años, del Franquismo a esta basura que han dado en llamar 'Democracia'. Su talante y saber estar permitió que unos y otros se sentaran en la misma mesa. Y eso, en esta piel de toro, ruin y mezquina, acostumbrada a las puñaladas traseras, el ojo por ojo, o el 'para que estés tú, me pongo yo', no ha sido poco.

La verdad es que el país ha cambiado, está cambiando, y los resortes y apuntalamientos del Estado que han servido para llegar hasta aquí, se están agotando, y no sirven por interesados y manipulados.

De todos modos, resulta curioso cómo una parte de la ciudadanía está confundiendo esta abdicación con un periodo constituyente. Porque no es el caso. No toca cambiar así. Para producirse el relevo de sistema, haría falta un movimiento social y político de otro orden, de otro nivel, con otra talla, de otra envergadura, porque intentar hacer leña del árbol caído en este momento, es estúpido y, peor aún, sospechosamente interesado.

No es que la III República no tenga sentido en esta España actual. Es que la algarada no tiene cabida en esa nueva España cambiada a la que todos aspiramos.